Raúl Heras

La secreta guerra religiosa en el interior del PP

Raúl Heras | Jueves 19 de julio de 2018
Entre las varias batallas que se están produciendoi en la guerra por la presidencia del Partido Popular hay una que no aparece en el guión pero que es de las importantes, quizás crucial en el resltado final: la religiosa, la que mantienen dos sectores de la iglesia española tan fuertes como son el Opus Dei, apoyado por los Legionarios de Cristo y los “kikos”, y los vaticanistas democristianos y los jesuitas, por otro

Ana Pastor, que es Rajoy químicamente pura, dirigirá el Congreso del PP, y al igual que ha hecho Luís de Grandes - alter ego de Javier Arenas en la vieja y viva democracia cristiana patria - con todo el proceso de elección intentará que gane Soraya Sáenz de Santamaría. Eso lo temen en el lado opuesto y más desde que el presidente de la Comisión organizadora justificó la no invitación a José María Aznar alegando que el expresidente atacaba al partido con sus declaraciones sobre la necesaria refundación.

Entre las varias batallas que se están produciendoi en la guerra por la presidencia del Partido Popular hay una que no aparece en el guión pero que es de las importantes, quizás crucial en el resltado final: la religiosa, la que mantienen dos sectores de la iglesia española tan fuertes como son el Opus Dei, apoyado por los Legionarios de Cristo y los “kikos”, y los vaticanistas democristianos y los jesuitas, por otro. Dos formas de entender la misma fe y las relaciones entre la sociedad civil y el catolicismo hispano. Guerra interna que viene desde los tiempos de la Transición democrática con el cardenal Tarancón y el obispo Añoveros atacados y cuestionados por la parte más intransigente y conservadora de la jerarquía y el clero español. Guerra que hoy persiste, más escondida, menos pública pero con igual dureza. Basta que se pregunte al cardenal Osoro o al nuncio del Vaticano, Renzo Fratini.

En los últimos veinte años las batallas se sucedían en el interior de la jerarquía, con Antonio María Rouco Varela y Ricardo Blazquez como máximo exponentes de los bandos rivales, los dos - cardenal y arzobispo - alternándose en la presidencia; y llevando sus diferencias al ámbito político y económico de forma clara y definida, ya fuera con gobiernos del PP o del PSOE. Y así hasta hoy.

De cara al Congreso de los populares y la elección de su nuevo presidente y candidato electoral, a Pablo Casado le situan en el órbita del Opus y los Legionarios, mientras que a Santamaría la colocan en la de los jesuitas y democristianos. No tanto en el caso de la segunda por su “religiosidad” ( está casada civilmente en Brasil ) sino por representar la mejor de las bazas que tienen los que la apoyan en su disputa con los rivales.

Conviene y mucho recordar que desde la Ejecutiva de la Conferencia Episcopal - integrada por siete miembros y con un equilibrio muy inestable - se pueden y de hecho se dirigen mensajes muy claros y apoyos a determinados candidatos dentro de la estructura del partido Popular en toda España, y que la posición de la Iglesia española ha variado enormemente desde la elección del Papa Francisco y, sobre todo, desde el cambio en la presidencia del gobierno y el regreso del “laico” PSOE al poder.


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