Necesitan que ningún candidato pueda sumar los votos necesarios en el Parlament, ni en primera, ni en segunda votación. Confían en las ambiciones de Moreno y Marín y en la dureza de Serrano. También en que les acompañará una Teresa Rodríguez y un Antonio Maillo que han perdido casi trescientos mil votos.
Si miramos cada provincia vemos que Vox no tenía diputados por ninguna de las ocho, y que el resto ha sufrido los siguientes cambios de marzo de 2015 a diciembre 2018:
En Almería el PP consiguió cinco escaños y ha perdido uno; el PSOE tenía 5 y ha perdido dos; Podemos tenía uno y tras su alianza con IU se ha quedado con lo mismo; Ciudadanos consiguió uno y ahora ha obtenido dos; y Vox se ha estrenado con otros dos.
En Granada el PSOE partís de cinco y ha perdido uno, lo mismo que el PP que ha pasado de cuatro a tres; Podemos tuvo dos e Izquierda Unida uno y se han quedado en dos. Sube a tres Ciudadanos que obtuvo uno y Vox que consigue otro.
En Jaen, el PSOE pasa de seis a cuatro; el PP pasa de cuatro a tres; Ciudadanos que no tuvo escaño en esta provincia logra dos; y Adelante Andalucía que empata con Vox, uno cada formación.
En Córdoba, el PSOE pasa de cinco a cuatro,; el PP baja de cuatro a tres; Ciudadanos se pone con dos tras tener sólo uno; la suma de Podemos e IU que tenía dos se queda en la mitad; y Vox se estrena con uno.
En Sevilla, el PSOE pierde dos, pasando de ocho a seis; Adelante Andalucia repite resultado y se queda con cuatro; Ciudadanos pasa de uno a tres, los mismos que el PP que pierde uno; y Vox consigue otro.
En Cádiz, el PSOE vuelve a perder dos y pasa de seis a cuatro; el PP pierde uno y baja de cuatro a tres, los mismos que Adelante Andalucia que pierde uno respecto a 2015; mientras que Ciudadanos sube de uno a tres y Vox se estrena con dos.
En Huelva, otras caída del PSOE que de seis se queda en cuatro; mientras que el PP repite con tres, Adelante Andalucía con uno, Ciudadanos con uno; y aparece Vox con otro.
En Málaga, el PSOE tenía seis y se queda en cuatro; el PP tenía 5 y baja a cuatro; Ciudadanos sube a esa misma cifra partiendo de dos; Adelante Andalucía pierde uno; y de nuevo VOX consigue otros dos.
En votos globales, el PSOE ha perdido 418.000 votos; seguido por el PP que ha perdido 341.300; y Adelante Andalucía que ha perdido 299.260. En el lado contrario, Vox ha ganado 370.000 y Ciudadanos 266.000. La suma de los que pierden llega al millón sesenta mil, mientras que los que ganan se quedan en 636.000. Los 423.000 de diferencia son del aumento de la abstención, esos cinco puntos a los que Susana Díaz, ajena a la autocrítica, culpaba de su derrota.
La Ley D´Hont y su reparto de escaños de forma proporcional hace que pese a ganar en siete de las ocho provincias y quedar segundo en la octava, Almería, el PSOE pierda 14 escaños; y que el PP, que gana en Almería y es segundo en cinco pierda siete. Por el contrario, Ciudadanos que sólo es segundo en Cádiz y tercero en las siete restantes consigue pasar de nueve a 21 escaños.
Realizadas las sumas de cada formación llega la hora de negociar y todos los grupos, los más veteranos y el más nuevo, lo tienen muy difícil. Andalucía es la primera de una serie de elecciones que terminarán con las generales. Y por medio están trece autonómicas y las municipales y europeas de mayo, y las vascas a finales de 2019, un largo rosario en el que los líderes de cada autonomía y municipio se juegan su futuro. Y a nivel nacional, desde Pedro Sánchez a Santiago Abascal pasando por Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera el papel que quieren jugar en la política española.
Lo más fácil, en apariencia, es la suma de todas las derechas: 59 escaños, pero tanto PP como Ciudadanos necesitan los 12 representantes de Vox para ganar, y ahí surgen las primeras preguntas: ¿va a apoyar Vox a una hipotética alianza de PP y C´s que les llevaría a contar con 47 escaños y de ser así a qué precio?, ¿ entrando o no en ese futuro gobierno?, ¿presidido por quién?.
Más preguntas: ¿ va a apoyar Juan Marín y desde el liderazgo nacional Albert Rivera una presidencia del PP con Juanma Moreno, pese a que éste le ha ganado en 90.000 votos y en cinco escaños?. Para empezar tanto uno como otro ya han dicho que quieren la presidencia y que presentarán su candidatura. Tras la pelea entre ellos tendrán que mirar y hablar con Francisco Serrano y con Santiago Abascal.
En segunda votación en el Parlamento andaluz no se necesita la mayoría absoluta pero con VOX absteniéndose y PSOE y Adelante Andalucia votando en contra los 47 votos de su suma se estrellarían contra los 50 de la izquierda. No salen esas cuentas.
Veamos otras, siempre con la condición de cambios en los liderazgos de los que han perdido votos y escaños: Ciudadanos le pide al PSOE que le apoye con el pretexto de que han gobernando juntos y que es la única forma de “parar” a la ultraderecha de Vox. Es una posibilidad pero los 21 parlamentarios de C´s y los 33 de los socialistas suman 54, a uno de la mayoría tanto absoluta como relativa. Vox tendría que votar en contra, lo mismo que el PP y parece muy difícil, por no decir que imposible que la alianza de Podemos e Izquierda Unida se abstenga en esa segunda votación con la excusa de cerrar el paso a la derecha más dura.
Este juego de los apoyos y las negaciones puede durar semanas a partir de finales del mes de diciembre cuando quede constituido el Parlamento. Y en esa situación se abre otro escenario, el de la repetición de las elecciones ante la falta de una mayoría suficiente para la investidura de un candidato y la posterior formación de un gobierno con un programa pactado. La situación que se vivió en España con Mariano Rajoy durante diez meses.
¿Quién sueña con ese escenario?. La respuesta es clara, Susana Díaz y el PSOE. Seguiría gobernando en funciones, lanzaría el mensaje de que la abstención de la izquierda es la que ha dejado el camino abierto a la derecha, y que pasado el castigo de los 33 escaños y los 418.000 votos perdidos tiene una segunda oportunidad. La tentación para intentarlo es y va a ser muy fuerte. Al propio PSOE nacional de Pedro Sánchez también le interesa ya que con la inestabilidad que tiene de cara a los Presupuestos y la postura de los nacionalistas catalanes, ganar tiempo es parte de una posible victoria en las generales.