Begoña Villacís es ambiciosa y desde el despacho que tenía en Legalitas ha llegado en apenas cuatro años a ser un rostro casi tan reconocible como el de Ines Arrimadas, que en secreto es su modelo a seguir. A Ignacio Aguado lo ignora y hasta es posible que crea que es un estorbo para su futuro. El actual presidente de Ciudadanos en la Comunidad ha tenido que pelear por conservar su puesto, pero carece de la facilidad de Villacís para llegar a los medios, no en balde la abogada cuenta con unos ex-compañeros de bufete con una gran experiencia en los temas de comunicación.
Si se leen o escuchan sus últimas intervenciones en los medios de comunicación se comprobará que no le dedica ni una línea, ni una palabra al Ayuntamiento. Y ni siquiera a la Comunidad. Lo suyo es la política nacional, las críticas a Sánchez, el análisis - vacío ysuperficial hasta la exasperación - de la situación en Cataluña, la repetición monocorde y aburrida de los argumentos que suelen utilizar Albert Rivera y la plana mayor de su partido.
Es de esperar y hasta desear que de aquí al 25 de mayo del año próximo su mirada cambie y comience a fijarse en la que , presumiblemente, será su particular batalla: la conquista del Ayuntamiento de la Capital. Una tarea difícil por no decir que imposible si tenemos en cuenta que en 2015 Ciudadanos se quedó en siete concejales mientras que su partido “hermano”, el PP conseguía 21, por vente de Podemos. Y nueve del PSOE. Para convertirse en alcaldesa y desde ahí preparar su salto a mayores ambiciones tendría que ocurrir un milagro, y no están los tiempos en la Iglesia para nuevas canonizaciones.
Si se mantiene en cuarto lugar y muy lejos de poder negociar cargos con el Partido Popular y con quien coloque Pablo casado como candidato a la alcaldía, Villacís tendrá una segunda oportunidad en las futuras elecciones generales, buscando un hueco en las listas naranjas en posiciones de salida, y enfocando su futuro en la política nacional. Una meta muy al alcance de esta Escorpio que va a cumplir 41 años dentro de pocos días y con toda una vida política por delante. Y un descanso para Ignacio Aguado que no para de caminar dando tumbos de izquierda a derecha y de derecha a izquierda para que la alargada sombra de su compañero no le sepulte en la zona oscura de los medios de comunicación.