Raúl Heras

“Bocadillo político” sobre Felipe de Aznar y Anguita

La batalla de Madrid ( 8 )

Raúl Heras | Martes 09 de abril de 2019
Treinta años antes de lo que en 2018 hicieron en Italia Luigi di Maio y Matteo Salvani, con su pacto por los extremos, lo ensayaron José María Aznar y Julio Anguita. Sus “bocadillos políticos” buscaban quitar el poder al socialdemócrata Felipe González, que no consiguieron; e impedir que el también socialdemócrata Matteo Renzi volviera al poder en Roma, algo que los italianos si lograron.

Con Manuel Fraga “retirado” de la presidencia de su partido pero vigilante desde su casa de Perbes, la derecha española vio por primera vez como un abogado del estado de Córdoba, Antonio Hernández Mancha, ganaba sus primeras elecciones internas al favorito del “santa Santorum” madrileño que era Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, uno de los ocho padres de la Constitución.

El nuevo presidente del futuro PP intentó una moción de censura contra Felipe González, que fracasó, y un acuerdo con Adolfo Suárez que dinamitaron sus adversarios internos. La guerra en el interior la controló Fraga, al que una “misión especial” a Galicia, con Rodrigo Rato al frente, le convenció de que Isabel Tocino no podía ser su sucesora y que el mejor preparado para esa “ difícil” misión tenía que ser José María Aznar.

Sin terminar los cuatro años de la Legislatura Felipe González convoca elecciones en 1989. Las ganará a nivel del estado pero las perderá en Madrid. Desde su presidencia en Castilla y León y en el Congreso que el PP celebra en Sevilla es elegido nuevo líder del centro-derecha José María Aznar. Este consigue 919.357 votos en la Comunidad y doce escaños, los mismos que el PSOE pero éste se queda en 899.723 apoyos. El centrista CSD de Suárez se queda en cuatro parlamentarios y su caída en votos le llevará al expresidente a abandonar la política.

Desde la izquierda, el PCE se ha transformado electoralmente en Izquierda Unida y con el ex alcalde de Córdoba, Julio Anguita, a la cabeza consigue cinco escaños y multiplicar por cinco los votos de tres años antes. El tantas veces soñado por los comunistas españoles, el “sorpasso” de su colega italiano Enrico Berlinguer - el “inventor” del eurocomunismo - sobre los socialistas de Bettino Craxi, no se produciría y tanto Aznar como Anguita tendrían que aguantar a González en el poder hasta las elecciones de 1996, con el socialismo en lenta y progresiva descomposición.

Cien mil votos perdidos por el PSOE en Madrid y cien mil votos ganados por el PP. Parecía una premonición de cara al próximo asalto pero... en medio estaban dos momentos estelares y los dos fuera de la capital y su Comunidad: los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Eran puntos a favor, con España centro de la atención mundial y las mejores armas para intentar retrasar la crisis económica que se venía encima.

Mientras la crisis interna en el socialismo se hacía irreversible, con la dimisión como vicepresidente del gobierno de Alfonso Guerra el 12 de enero de 1991, vencido el populismo sevillano por la mezcla de socialdemocracia y liberalismo que destilaban desde Madrid los “hijos políticos” del antiguo FELIPE antifranquista, con Miguel Boyer y carlos Solchaga a la cabeza; la Comunidad le iba a dar al nuevo líder de la derecha su segunda victoria sobre el denostado González.

El presidente del Gobierno quería abandonar y dejar en su puesto al que se había convertido en su nuevo vicepresidente, el catalán Narcís Serra, al que acompañaría de número dos el que era presidente de Castilla la Mancha, José Bono. Así se lo dijo al Rey, pero ni Juan Carlos , ni la gran mayoría de los dirigentes de su partido le dejaron marcharse. Era mucho lo que estaba en juego y no tuvo más remedio que aguantar y presentarse a las elecciones, que se adelantan seis meses a la finalización de la Legislatura.

Repitió Felipe en 1993 y volvió a ganar con un millón de votos más que Aznar y 159 escaños que le darían de nuevo el gobierno gracias a los apoyos de los nacionalistas catalanes, 17 escaños de CiU, y los vascos, 5 parlamentarios del PNV. En Madrid y en el cuerpo a cuerpo los datos fueron muy diferentes. Aznar conseguiría 1.373.042 votos y 16 escaños gracias, entre otros factores, a la desaparición del CDS de Suarez. Los 295.189 apoyos que había recibido la formación centrista en 1989 coinciden con la diferencia que el PP saca al PSOE en ese 1993,y que dejan a los socialistas con 15 asientos madrileños en el Congreso. El tercero en discordia, la IU de Julio Anguita, con sus 5 representantes prácticamente repite los resultados de la cita anterior. El nuevo rostro del comunismo nunca se había acercado al medio millón de votos en el centro neurálgico del país pero el carismático secretario general y exalcalde cordobés terminaría roza esa cifra con los dedos y terminará por sobrepasarla tres años más tarde.


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