Al menos no gobernará tal y como asegura que quiere: desde la izquierda social. Es muy difícil que los socialistas, pese a su segura y publicada subida desde los 84 escaños que consiguió hace tres años, llegue a los 140 escaños. En esas condiciones y con muy malos resultados de Pablo Iglesias, Alberto Garzón y el resto de las confluencias, los socialistas tendrán que mirar hacia Ciudadanos y hacia el PNV e incluso ponerse a negociar con los nacionalistas de Esquerra.
Un ejemplo reciente y muy educativo: el voto util de la derecha en Andalucía no estaba en el Partido Popular, ni en Ciudadanas, estaba en Vox. Sin los doce escaños conseguidos por los seguidores de Abascal, el hoy presidente Moreno Bonilla no sde sentaría al frente del gobierno andaluz. Sus resultados fueron malos y hubieran sido malos igualmente si Vox no existiera. La abstención y Ciudadanos le hubieran dejado en la estacada. Y todo indica que una parte del bajón de Podemos en esa autonomía también se debió al “salto” de muchos de sus votantes al otro extremo.
El PSOE necesita a Podemos para gobernar y Podemos necesita mantener una mayoría de sus votos pese a las malas actuaciones, decisiones, meteduras de pata, venganzas, enfrentamientos y dudas de sus dirigentes. Esa es la realidad de la izquierda española, otra cosa es que a España le interese el modelo de gobierno y de gestión que saldría de esos acuerdos.
Las alternativas son pocas y están muy claras, por mucho que se esfuercen los líderes de los distintos partidos en pintar la realidad con sus propios e interesados colores:
1.- Gobierno claramente de izquierdas de PSOE y Podemos con apoyo puntual del PNV y dejando fuera, por innecesario al independentismo catalán y sus exigencias respecto a las sentencias de los acusados que hoy se sientan en el banquillo del Tribunal Supremo o viven en el “exilio” europeo. Podría durar toda la Legislatura siempre que se moderaran las actuales reivindicaciones de Iglesias y los suyos.
2.- Gobierno del PSOE en solitario con apoyos parlamentarios cambiantes en razón de los temas que se vayan proponiendo en el Congreso, que podrían oscilar desde Podemos a Esquerra Republicana de Cataluña. De muy difícil mantenimiento durante cuatro años.
3.- Gobierno de PSOE y Ciudadanos, que podrían sumar una mayoría absoluta en el Congreso si se cumplen la media de todos los sondeos que se han publicado. Es el preferido por los poderes económicos y por Europa. Tendría a POdemos enfrente, pero muy disminuido, y tendría que pactar con los nacionalistas pero desde una posición de fuerza. Para cuatro años con negociación de carteras ministeriales.
4.- Gobierno de las tres derechas, modelo andaluz. Para cuatro años siempre que la suma de escaños sobrepase los 176. Si se produce, puede durar los cuatro años de Legislatura. Con fuerte oposición desde la izquierda y desde los nacionalismo, con tensión social y previsibles choques en la calle.
5.- Gobierno en funciones durante unos meses ante la imposibilidad de sumar los votos necesarios en el Congreso para una investidura. El ejemplo Rajoy- Y nuevas elecciones en otoño con resultado más incierto para todas las formaciones.
Seas cuales sean los resultados del día 28, la política se moverá dentro de esas cinco variables, con negociaciones que se mezclarán con las urnas de finales de mayo a nivel autonómico y municipal y los posteriores gobiernos. Un auténtico laberinto del que España tendrá que salir lo más rápido posible si no quiere perder el tren europeo.
La derecha de este país tiene una ventaja sobre la izquierda: no tendrá muchos problemas para articular un gobierno y unos acuerdos si consigue sumar esos necesarios 176 escaños en el Congreso. Al otro lado, las cargas ideológicos y personales pueden impedir que Sánchez consiga su máximo objetivo, que es seguir en el poder. La mayoría de aquellos cinco millones de votos pueden ser la llave.