En un horario "desconocido", el Real Madrid intentó abandonar su estado depresivo y dominar al menos el partido ante un Leganés que, fiel a su estilo, se mostró rocoso y poco dado a dar concesiones hacia su portería. Bien pertrechados atrás, los de Mauricio Pellegrino aguardaban su oportunidad a la contra o en algún balón lateral para hacer daño a los madridistas.
Una vez más, el todavía campeón de Europa se atascaba ante una defensa con tres centrales y su bagaje ofensivo en los primeros 45 minutos se redujo a dos buenas opciones de Asensio al inicio del partido y de Varane al final, pero en ambas, sobre todo en la del central francés, Cuéllar estuvo muy acertado.
Y cuando todo parecía que acabaría en tablas al descanso, el conjunto pepinero se encontró con el 1-0. El Lega, que sólo había asomado con cierto peligro con un cabezazo de Braithwaite, se puso por delante con un gol de Jonathan Silva, convertido en las últimas semanas en el salvador blanquiazul.
Zidane no movió ninguna pieza y la calidad de sus jugadores equilibró rápidamente el partido antes de que el Leganés se hiciese más fuerte. Modric apareció con una rápida y elegante maniobra en las inmediaciones del área y filtró un pase letal a Benzema. El francés se topó con Cuéllar a la primera, pero el rechace le favoreció para igualar el partido. Un empate anodino en el largo camino hasta el final de la temporada para el Madrid y la posible salvación para el conjunto pepinero.