Lunes 22 de junio de 2020
Aparcamientos desbordados, vehículos estacionados en zonas no autorizadas, adultos y menores bañándose en ríos y embalses, perros persiguiendo fauna silvestre, vecinos desquiciados intentando frenar las avalanchas de visitantes, ayuntamientos desbordados intentando hacer cumplir las medidas de seguridad. Este, ha vuelto a ser el panorama en el medio natural, en la Comunidad de Madrid. Las organizaciones ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, GRAMA y Jarama Vivo responsabilizan a la consejera de Medio Ambiente y al consejero de Justicia y solicitarán a los grupos parlamentarios que pidan sendas comparecencias en la Asamblea de Madrid.
Vehículos aparcados en las cunetas de la carretera que da acceso al puerto de Navacerrada tanto desde Madrid como desde Segovia. Las áreas recreativas de los Asientos y Boca del Asno, en la provincia de Segovia, estaban con carteles de prohibido el paso por aforo completo. Ante esa situación, la gente aparcaba en la carretera y se iban andando. En Cerceda, en la Comunidad de Madrid, atasco en la carretera dirección a Navacerrada.
En Manzanares el Real, los vecinos volvieron a salir a cortar calles para intentar frenar la avalancha de coches y visitantes. Incluso se vivieron situaciones tensas entre vecinos y visitantes. A pesar de las advertencias, el Ayuntamiento se vio desbordado, otro fin de semana, por comportamientos incívicos de muchas personas. Adultos y menores se bañaban en el río Manzanares, a pesar de estar prohibido.
Aguas abajo, del Manzanares y ya en el municipio e Madrid, en el monte de El Pardo, la situación era similar mucha gente bañándose, dejando basura y perros persiguiendo fauna silvestre. Un perro suelto llegó a morder por el cuello a un gamo dentro del río. Miembros de GRAMA y Ecologistas en Acción que se encontraban en el lugar, tuvieron que lanzarse al agua para echar al perro y sacar al gamo del agua cuando estaba a punto de morir ahogado. A pesar de que se llamó a la policía municipal de Madrid, nadie apareció.
Otro punto conflictivo estuvo en el embalse de San Juan. Cientos de personas juntas, sin medidas de seguridad bañándose . No había información que indicase a los visitantes las actividades no permitidas.
Las organizaciones ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, GRAMA y Jarama Vivo, consideran una irresponsabilidad que la Consejería de Medio Ambiente haya permitido, un fin de semana más que se llegue a esta situación.
Las organizaciones ecologistas, además de las reuniones que mantuvieron en el mes de mayo con el viceconsejero de Medio Ambiente, el Director General de Biodiversidad y el codirector del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el pasado jueves enviaron sendas cartas a la consejera de Medio Ambiente, Paloma Martín y al consejero de Justicia Enrique López, advirtiendo de la posible avalancha que volvería a producirse este fin de semana y la necesidad de tomar medidas. Se volvió a hacer hincapié en la necesidad de comunicar a la ciudadanía comportamientos respetuosos y el el riesgo que supone no cumplir las medidas de seguridad y de bañarse en ríos y embalses, donde la carga vírica puede acumularse. Pero una vez más, se dio la callada por respuesta.
Los colectivos ecologistas consideran una insensatez permitir que la gente haga lo que le venga en gana por el riesgo de contagios que pueden producirse entre visitantes y habitantes de los municipios visitados. Además estas aglomeraciones dejan grandes cantidades de basura, producen ruidos, la gente se interna con sus vehículos por cualquier acceso, incrementándose el riesgo de incendios y se producen daños a la fauna que se encuentra en periodo de cría.
Por ello, ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, GRAMA y Jarama Vivo, van a pedir a los grupos parlamentarios que soliciten comparecencias de la consejera de Medio Ambiente y del consejero de Justicia para que expliquen los motivos por los que durante dos fines de semana han permitido las avalanchas de personas en el medio natural, poniendo en riesgo a los habitantes de los municipios de la región y al medio natural.
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