Aspecto que presentaba un comercio después de los disturbios en Suttgart
Lunes 22 de junio de 2020
El intento de detener a un joven de 17 años por un presunto delito de drogas desató la locura en el centro de la ciudad alemana de Stuttgart el sábado por la noche cuando cerca de 500 manifestantes se enfrentaron a trescientos policías y acabaron haciéndoles retroceder para destrozar finalmente escaparates de algunos comercios que fueron saqueados.
Los alemanes y especialmente las autoridades federales y autonómicas de Stuttgart todavía se están preguntando qué es lo que pasó realmente en las noches de viernes y el sábado, 19 y 20 de junio, en el centro de la ciudad, en torno a la céntrica plaza Schlossplatz (la Plaza del Palacio) y sobre todo por qué y quiénes fueron sus instigadores. Desde el lunes siguiente, la policía ha estado recogiendo centenares de vídeos y está recurriendo aun reconocimiento fotográfico para identificar a los manifestantes más violentos.
El sensacionalista periódico alemán Bild titulaba “Es es la noche de la vergüenza: una mafia brutal devasta el centro de Stuttgart. Los alborotadores gritan "¡Allahu akbar!" Las escenas dejan a los observadores atónitos”.
Los disturbios hicieron comparecer al ministro federal del Interior, Horst Seehofer (70, CSU), junto con el ministro del Interior de Baden-Württemberg, Thomas Strobl (60, CDU), que no supieron concretar que es lo que había motivado los disturbios lo mismo que le había ocurrido al alcalde de la ciudad y a los jefes de policía. Storbl se limitó a afirmar que “los disturbios que tuvimos que experimentar en Stuttgart por la noche fueron de una calidad nunca antes vista en Baden-Württemberg".
Los alborotadores han dañado indiscriminadamente y saqueado parcialmente 40 tiendas: una heladería, la sucursal de una cadena de comida rápida, una tienda de un euro y muchos comerciantes temerosos de que los incidentes fueran a continuar tapiaron sus escaparates y puertas como si fuera a llegar un vendaval,
Se calcula que un total de 400 a 500 jóvenes participaron en los disturbios, y hubo 24 arrestos. Gracias a los videos masivamente compartidos en las redes sociales, es probable que los investigadores arresten a otros perpetradores.
La comisionada en jefe de la policía alemana Monika Ackermann comentó a los periodistas que habían formado un grupo de investigación tras los disturbios del sábado por la noche en el trabajan 40 oficiales especialistas en detección de pruebas, reconocimiento facial y delitos cibernéticos, explicando que habían conseguido “innumerables pistas de la población, además de docenas de videos ".
El presidente del sindicato de policía alemán, Ralf Kusterer, ha pedido a los políticos que contemplen la prohibición del alcohol e incluso poder decretar el toque de queda entre las tres de la madrugada y las 7 de la mañana ya que "los jóvenes también pueden comprar alcohol fuera de los clubes actualmente cerrados", afirmando que de otra manera la policía no descansa por la noche antes de que comience de nuevo por la mañana. Corre todo el día ”.
El dirigente sindical no vaciló en acusar a los socialdemócratas del SPD y a los Verdes de estar fomentando un desprecio general contra la policía lo que anima a los jóvenes a perder el respeto a los agentes: "Si la política menosprecia su propia autoridad y la de la policía en público, debilita sus propias reglas y normas sociales", criticó Kusterer.
"He sido funcionario durante 30 años y he visto mucho, pero nunca ha habido escenas como esta en Stuttgart", dijo jefe adjunto de la policía de Stuttgart, Thomas Berger, tras los incidentes. La única explicación verosímil de lo que pasó en la ciudad es que todo comenzó con un incidente menor cuando una patrulla intentó detener a un joven de 17 años por un presunto delito de drogas. A partir de ese momento decenas de jóvenes –hasta 500 señala la policía, comenzaron a lanzar piedras y a insultar a los agentes que se vieron superados en número. Los 280 policías que llegaron para intentar detener a los alborotadores no fueron capaces de hacerse con la situación y la escalada de violencia fue subiendo hasta que los manifestantes la tomaron con los escaparates de los comercios, algunos de los cuales fueron parcialmente saqueados.
El presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, condenó enérgicamente los disturbios afirmando que "la violencia, el vandalismo, la brutalidad pura, como se vio el fin de semana en Stuttgart, deben ser perseguidos y castigados con la severidad del estado de derecho”, mientas el alcalde de la ciudad, Fritz Kuhn (Verdes), afirmó que "una cosa debe estar clara: no debe haber lugares sin ley en Stuttgart", después de reconocer que estaba conmocionado” por el estallido de violencia, los ataques a la policía y la destrucción en nuestra ciudad. Es un domingo triste para Stuttgart ".
El primer ministro de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann (Verdes) rconoció que "las fotos del centro de Stuttgart no nos pueden dejar fríos", mientras que el portavoz parlamentario de la CDU, Thomas Blenke, afirmó que la violencia era el resultado de la "creación de un ánimo político contra la policía" y señalando a la copresidenta del SPD, la stuttgartense Saskia Esken, le recrininó que “si la policía alemana es acusada de un problema de racismo, los delincuentes violentos se sienten alentados en sus acciones”. Por su parte, la presidenta socialdemócrata tuiteó: "Qué disturbio ciego y sin sentido en Stuttgart que deja a tantos policías heridos y tiendas destruidas".