Arancha González Laya y el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo.
La ministra de Exteriores, otro cero a la izquierda en el Gobierno de Sánchez, ni se enteró del golpe que Boris Johnson iba a dar al turismo en España
Que Arancha González Laya no era la persona ideal para ocupar el importante puesto de ministra de Exteriores era una obviedad desde el mismo momento que a Pedro Sánchez se le ocurrió. Que el Ministerio de Exteriores hace aguas desde mucho antes de que Laya llegara al Palacio de Santa Cruz es otra evidencia. Que los embajadores españoles hace también mucho tiempo que se enteran poco de las cosas que pasan en los países donde están destinado -o que el gobierno no les hace ni caso- es una verdad como un templo.
Ahí tenemos las actuaciones de las representaciones diplomáticas en China que no vieron nada de lo que se avecinaba con el coronavirus, o la embajada española en Londres que no ha sido capaz de enterarse ni una hora antes de que iban a poner restricciones a los ingleses que volvieran de España.
La actuación de Arancha González Laya ha ido desde la incapacidad hasta la incomprensión absoluta sobre lo que hace y a qué se dedica. Si la idea era aprovechar sus contactos como ex jefa del gabinete de Pascal Lamy, el influyente político socialdemócrata fracés, en la Organización Mundial de Comercio, nada de ello se ha notado ni se ha visto y además para las relaciones comerciales con Europa y con el mundo para eso estaba ya Nadia Calviño, la ministra de Economía.
De incomprensión absoluta puede hablarse de la visita que recientemente hizo Laya al ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, y más incomprensible aún su explicación en tuiter: “en mi visita al #CampoDeGibraltar #Algeciras me he reunido con @FabianPicardo hemos hablado de avances en la implementación de los Memorandos de Entendimiento sobre medioambiente, ciudadanía, coop aduanera/policial, tabaco & fiscalidad y de un futuro de prosperidad compartida”.
Pero lo peor ha sido no enterarse de que Boris Johnson, el también caótico primer ministro británico, iba a imponer una cuarentena al millón y medio de turistas ingleses que ya estabana gozando de sus vacaciones en España a pesar de las restricciones y de los miedos al coronavirus. La noticia ha desbaratado de un plumazo todos los planes de recuperación económica de las islas canarias y de las Baleares, además de todos los demás destinos preferentes de los británicos en las costas españolas.
El gigante turístico Tui, el mayor operador del Reino Unido, anunciaba inmediatamente después la cancelación de los vuelos desde Reino Unido a la España peninsular hasta el 9 de agosto, aunque tras reconsiderar sus propias pérdidas ha confirmado que reanudará los viajes a las Islas Baleares y Canarias a partir del lunes. Los responsables privados del sector turístico en España hablan de que la medida británica ha pillado a la ministra in albis o con el pie cambiado.
No es el único caso, el Gobierno de Bélgica ha recomendado no viajar a seis comunidades españolas y ha prohibido a sus ciudadanos desplazarse a Huesca y Lleida. Alemania desaconseja viajar a Cataluña, Aragón, Navarra y las Islas Baleares aunque sin imponer todavía restricciones Las autoridades francesas aconsejan evitar viajar a Cataluña ante el avance de la pandemia en muchos municipios y principalmente en la capital barcelonesa, aunque el peor golpe lo recibirá el turismo de la Costa Brava, principal destino turístico de los franceses. El gobierno noruego, por su parte, ha vuelto a imponer 10 días de cuarentena para todos los viajeros procedentes de España.
De todo ello no solo Arancha González Laya ni se enteró, sino tampoco el mismísimo presidente Pedro Sánchez en sus contactos con los principales dirigentes europeos durante sus conversaciones y giras. Con Macron llegó a estar dos días enteros en su visita a Nuakchot (Mauritania) a finales de junio.
El gobierno, tras la decisión británica, parece rendido ante la evidencia y la ministra solo ha reaccionado afirmando que iba a reunirse con las autoridades inglesas para tratar de sacar de la cuarentena a los turistas procedentes de las islas, algo que seguramente podrá conseguir antes y mejor el tour operator Tui, que se juega también su futuro.