Condiciones no escritas pero con tanto valor y exigencias como las que se hicieron públicas. El ex ministro Luis de Guindos - que se encargó del rescate bancario durante el gobierno Rajoy, aquel que no nos iba a costar un euro a los españoles - es el mismo que unos días antes de la anunciada fusión entre CaixaBank y Bankia ya dijo que en España seguía habiendo demasiados bancos y que se estaba tardando demasiado en hacerlas.
Dicho y hecho. Ya estaban preparados los primeros “ esponsales ” desde hacía meses . Faltaba el anuncio oficial. Hay prisa por cumplir con Europa y la ministra Calviño se lo recordó al presidente y éste a su vez se lo trasladó a los contrayentes, a Isidre Fainé y Ignacio Goirigolzarri. A Jordi Gual y José Sevilla les queda hacer de maridos abandonados, pero con una buena dote por el sacrificio. El primero a buen seguro que puede mantenerse en el Grupo en alguna de las empresas que lo conforman, y el segundo puede acompañar a su actual presidente en Bankia en la nueva etapa. Los dos saben lo que significa trabajar en una gran corporación y no tendrán ningún problema en amoldarse a las nuevas circunstancias personales y profesionales que les esperan.
Sin el visto bueno del Banco Central Europeo las fusiones eran imposibles. Ni ésta, ni las que vendrán. El proceso es imparable sobre todo tras la justificación del presidente Sánchez para no comentarla con su vicepresidente segundo. Tampoco con Carmen Calvo ni el resto de ministro. Tenía que ser muy confidencial y no se fiaba de nadie. Es lo que se desprende de sus palabras. Ya sabe Pablo Iglesias, por si tenía alguna duda, que la confianza presidencial tiene sus barreras infranqueables. A ese nivel queda por hacer y hacerle una pregunta: ¿ lo sabía su jefe de Gabinete, Ivan Redondo?.
Al otro lado de la línea, en los despachos de la Diagonal y la Terre Negra, la confidencialidad se mantuvo entre Isidre Fainé y Gonzalo Gortázar. La operación, cuya recta final se inició tras las palabras del número dos de Bankia, José Sevilla, en el inicio del verano: “hay caldo de fusiones”, para a mediados de agosto los equipos directivos de las dos entidades se reunían con sus asesores externos.
Por parte de CaixaBank estaban Andrés Esteban y Francisco Fernández Silva, de Morgan Stanley junto a Fernando Ruíz y Juan Manuel Alonso, de Deloitte. Los 4 máximos ejecutivos de ambas consultoras. Por el lado de Bankia estaban Pablo Torralba e Iñigo Fernández de Mesa, presidente de Rothschild España y antiguo número dos de Luís de Guindos en el Ministerio de Economía. Junto a ellos, los dos representantes de EY, Federico Linares y Juan López del Alcazar.
Mucho dinero en juego por las asesorías, que luego permiten sueldos millonarios a sus ejecutivos por encima de los tres millones de euros anuales, a los que hay que sumar los de los despachos de abogados presenten en la anunciada fusión, el de Uría Menendez con Luís de Carlos Bertrán a la cabeza, por CaixaBank; y el del bufete Garrigues, liderado por Fernando Vives, por Bankia.