Desde el PSOE que comandan José Manuel Franco, como secretario general y Delegado del Gobierno, y el candidato Angel Gabilondo, saben muy bien que sus ofertas a Ignacio Aguado, el vicepresidente y responsable de Ciudadanos, no son válidas sin el consentimiento y apoyo de Más Madrid o Unidas Podemos. Pueden ofrecer la traición recompensada pero las matemáticas no les ayudan. Los 37 escaños de los socialistas más los 26 que tiene el partido naranja no llegan a los 167 que llevan a la mayoría absoluta, y en caso de ir a una segunda votación en busca de la mayoría simple se podrían encontrar con el voto contrario de los seguidores de Iñigo Errejón y Pablo Iglesias.
Conseguir, al menos, la abstención de Pablo Gómez e Isa Serra y los suyos, no sería objetivo fácil. Estaría relacionado de forma directa a las negociaciones que se están dando ya en el Gobierno central en torno a los Presupuestos Generales del Estado y la decisión que adopten Inés Arrimadas y Pablo Iglesias. Pedro Sánchez necesita a los dos, con uno no le basta.
Conquistar Madrid es conquistar el mejor de los símbolos que se pueden tener para explicar una victoria. Hasta que no cayó Madrid, no terminó oficialmente la Guerra Civil en 1939. Hoy, los que perdieron entonces, quieren conquistar el gobierno de la Comunidad. Creyeron que lo ganarían en mayo de 2019. Les faltaron 3 votos. Al Partido Popular, a Ciudadanos y a Vox les sobraron siete.
Hasta mayo de 2023 las tensiones políticas en la Comunidad de Madrid eran, son y seguirán siendo constantes. Bien para mantener la actual coalición, bien para romperla. Isabel Díaz Ayuso ya pensó hace cuatro meses en volver a convocar elecciones ante la posibilidad de que le plantearan una moción de censura. No le dejaron desde la dirección nacional del PP pero las cosas pueden cambiar de forma muy rápida.
Con el Covid 19 metido en las entrañas de los discursos políticos y con los responsables del PP y Ciudadanos en el gobierno autonómico enfrentados un día sí y al otro también, las sospechas de que Ignacio Aguado e Inés Arrimadas pueden aceptar la doble oferta de Pedro Sánchez está creciendo en la dirección de los populares. Casado - curiosa la coincidencia de apellido con el coronel que se rindió a Franco hace 61 años - no puede perder Madrid por “otra” moción de censura, y no se atreve a que Ayuso disuelva la Asamblea y convoque elecciones con ella de candidata.
Dos problemas para el presidente del PP, al que tampoco le van bien los datos a nivel nacional y su postura ante el debate de los PGE. Dos que pueden convertirse en cuatro o en bastantes más si se cuenta con la situación de coaliciones en los grandes Ayuntamientos en los que su partido gobierna gracias a los apoyos de Ciudadanos y de Vox. Un equilibrio muy frágil que se ha convertido en una de las características de la España política de estos tiempos. Fragilidad en el poder que se transmite y afecta a todas las decisiones.
Al margen de las encuestas de los últimos meses, que hacen subir y bajar a todos los partidos, la realidad es que la batalla de Madrid tiene lugar en varios escenarios. Al de la propia Comunidad hay que añadir el del Ayuntamiento de la capital, con un Martínez Almeida como imagen y poder emergente frente a la propia Ayuso, y el del estado, con Sánchez haciendo malabarismo para mantener un gobierno partido en dos ( por lo menos ) y lograr unos Presupuestos que convenzan a la Europa comunitaria.
Existe otro actor que permanece escondido entre bambalinas tras su pésimo resultado en las últimas elecciones generales, Iñigo Errejón. Tras conseguir colocar a Más Madrid ( con la ex alcaldesa Manuela Carmena como reclamo añadido ) como cuarta fuerza política por delante de Unidas Podemos en la Comunidad madrileña y recibir el castigo electoral que se produjo entre los meses de mayo y diciembre de 2019, tiene la oportunidad de reaparecer en la escena política si se atreve a plantear una opción de gobierno junto a Gabilondo e Ignacio Aguado. Podría, incluso, presentar a García Perpinyá como candidato en una moción de censura, que pese a que fuera derrotada serviría para dar a conocer al que dejó su ”herencia” madrileña como regalo de cumpleaños para el mes de noviembre.