Por Marta Gómez Galán
Las noticias de los confinamientos vecinales en Madrid está conmocionando a muchos ciudadanos de todo el mundo que se preguntan qué pasa en España para que sea el país más afectado del mundo porcentualmente en unos casos y absolutamente en otros.
Los familiares de los madrileños y en general de todos los españoles que viven en el extranjero están llamando alarmados ante el cúmulo de noticias sobre el auge del Covid19 en España y, sobre todo, por el cierre de Madrid. En buena parte lo que está ocurriendo se parece mucho a la gripe de 1918, hace un siglo, cuando otro virus mató a millones de personas en toda la tierra pero que recibió el nombre de “gripe española” porque donde más se informó y se dramatizó desde los medios de comunicación fue en España.
El hecho de que el Covid19 fuera detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan ha evitado que el virus fuera bautizado como español, pero al paso que vamos se acabará olvidando su origen chino para convertirse en español. O el resto de los países afectados están mintiendo descaradamente sobre la incidencia del coronavirus en sus ciudades o aquí pasa algo raro, no puede ser que se mueva con tanta facilidad de España y que en cambio no afecte se similar manera a países con parecido sistema social y temperatura como Italia o Portugal, incluso como todos los pañosos del Mediterráneo.
Pedro Sánchez cuando tuvo que justificar el estado de alarma y el confinamiento general alegó que de no haberlo hecho en vez de 30.000 muertos -parece que fueron 50.000 pero bueno- habríamos alcanzado la cifra de 300.000. ¿Más que en Estados Unidos donde con 230 millones de habitantes han fallecido hasta ahora 200.000? ¿Muchos más que el Reino Unido que con 66 millones de población no llegan a 50.000 fallecidos y con medidas muchos menos restrictivas que en España?
Lo que está ocurriendo en España no es normal y va a dar vida a todo tipo de especulaciones que seguramente no lleven a ningún lado, pero aquí parece como si hubiera algún elementos o elementos que estuvieran propagando el virus por todo el país con grandes dosis de efectividad.
Hay quien sospecha ya en el extranjero que como las ayudas europeas van a estar en función del número de contagiados “no hay mal que por bien no venga”. Se trata de exageraciones pero cuando no hay explicación por parte de los responsables españoles se desatan las habladurías.
Otra cuestión que está llamando la atención es era uso que los partidos políticos están haciendo de la pandemia a pesar de que todos los dirigentes se rasgan las vestiduras a la hora de defender la unidad frente al virus. Ningún gobierno español o autonómico ha podido controlar las infecciones de Covid19 pero los partidos solo protestan cuando el gestor es del equipo contrario y aquí entran las televisiones que han convertido a la política en un espectáculo donde lo único importante es la pelea de los contrarios como si se tratase de un partido de fútbol o, lo que es peor, un combate de boxeo.
Uno de los únicos datos reales es que la Sanidad Pública española -tan bendecida popularmente- en realidad era y es un desastre del que solo se salvaba gracias al esfuerzo voluntariosos de médicos, enfermeras y en general todo e personal sanitario. Y eso es lo único que ni Pedro Sánchez, ni Salvador Illa, ni ninguno de los gobiernos autonómicos se ha puesto de verdad a arreglar. Cada año la gripe se lleva entre 10.000 y 15.000 españoles y cada año se repiten los problemas de atención hospitalaria y en los ambulatorios.
Las soluciones sanitarias han fracasado entre otras cosas porque el sistema de atención telefónica ha sido un total desastre que no solo no ha solucionado los problemas sino que en muchos casos los ha agravado obligando a la gente a hacer largas colas en su centro de salud simplemente para que le den cita.
La idea de contratar a más personal ha fallado no solo porque simplemente ha sido mentira las noticias sobre contrataciones nuevas, sino porque el tipo de contratos que las Comunidades ofrecen son temporales por días o como mucho por meses y en esas condiciones a muchos trabajadores no les interesa, lo mismo que en la enseñanza pública con los refuerzos.