La pandemia se extiende y ya han desaparecido los colores políticos. Desde el Gobierno central y desde los gobiernos autonómicos se insiste en la imperiosa necesidad de encerrarnos en nuestras casas y salir tan sólo para lo más imprescindible.
La existencia del caos económico que viene con rapidez y la tardanza en las ayudas europeas se deja a un lado, en la despensa de los debates `políticos. Todo lo malo será culpa del virus y de la inconsciencia de los ciudadanos por no obedecer al pie de la letra las normas que imponen desde los poderes públicos.
Si los dos primeros opios modernos del pueblo eran los Deportes ( con el fútbol a la cabeza y esos contratos multimillonarios que causan vergüenza ), y los Famosos ( convertidos los medios de comunicación y sobre todo la televisión en corralas de vecindad) , y ambos servían para " tapar" los problemas del paro y la subida de Impuestos, la pandemia y los tres siguientes cumplen el mismo papel frente a otros tantos problemas reales y cotidianos de los ciudadanos.
Así, los culebrones reales o ficticias de la Casa Real cumplirían el papel amortiguador de la bajada real de las pensiones, mientras que los casos,Bárcenas y Eres, por un lado, y las crisis desatadas por el comisario Villarejo, por otro, harían otro tanto con las pérdidas de servicios y las privatizaciones en la Sanidad, y la falta de ayudas en la Educación e Investigación, los pilares sobre los que cualquier país debe edificar su futuro.
Las Pensiones están en caída libre por parte del gobierno pese a las promesas en sentido contrario, y sugerencias para aumentar y recurrir a los planes privados de cara a las futuras jubilaciones por " expertos" como el gobernador del Banco de España. Y para que no falte un buen final todo indica que se retrasaran hasta los 70 años, basándose en las recomendaciones europeas y en el aumento de la longevidad. Millones de personas afectadas por este adiós a la sociedad del bienestar que creíamos estar conquistando y de la que estamos descubriendo que era un sueño convertido en pesadilla.
Para qué hablemos menos de las pensiones y de sus sucesivas reformas nos ofrecieron cada día una parte de los " problemas" que afectan a la CasaReal, desde las actuaciones de Iñaqui Urdangarin y la Infanta Cristina en torno al llamado Caso Noos, con viajes y cambios de domicilio incluidos, primero, a los problemas de comisiones, dineros y salud del Rey Juan Carlos, incluyendo sus relaciones con Corinna Larsen, y hasta llegando a convertir las relaciones de pareja de Felipe VI y Letizia en foco del cotilleo nacional-
La Sanidad pública y gratuita para todos es un slogan que aparece y desaparece en cada convocatoria electoral. Ya no lo es, con privatizaciones de hospitales, copagos de medicinas, y retrasos que se acumulan en operaciones y tratamientos pese a afirmarse lo contrario, y que se une a las protestas del personal desde médicos a enfermeras. Se vuelve a esgrimir en estos últimos meses a la pandemia, pero el mal es mucho más profundo.
Las razones que se esgrimen desde las distintas administraciones siempre son las mismas: no hay dinero para mantener el que fuera uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, convertido ahora en una fuente de negocio para empresas que licitan en concursos pendientes de recursos judiciales.
¿Cómo se tapa u oculta esta realidad que tanto duele a todos y en particular a los que tienen rentas más bajas?, pues dándole mucho tiempo, mucho espacio y muchas declaraciones que se repiten con eco a las corrupciones de los partidos, con el caso Bárcenas y la Gurtel del PP por un lado; los Eres de Andalucía y el PSOE; para terminar con la Neurona y Dina que afecta a Podemos. Son las estrellas de este año y van a seguir siéndolo, razonablemente, hasta las elecciones del año 2023. Por supuesto que extirpar la corrupción es un objetivo irrenunciable para cualquier administrador público, pero es un objetivo a corto plazo, concreto y que afecta a una parte de la sociedad, mientras que la Sanidad es uno de los pilares del bienestar colectivo, afecta a todos y durante todo el tiempo.
La Educación es la base de futuro de cualquier país. Es la pieza sobre la que sustenta el desarrollo de una nación, el eje central que debe soportar la construcción del edificio en el que habitamos todos. Nos permite competir en un mundo en el que la comunicación es instantánea. Sin Educación la democracia, la libertad y la igualdad pierden gran parte de su sentido. Sin ella y su cuidado a base de inversión lo mejor y los mejores del país se marchan y todo lo dedicado a ellos sirve a otros.
Y en eso estamos a base de recortes. Por supuesto que se pierde la mayor parte y sobre todo se pierden los que menos recursos tienen, con planes de estudio que cambian al ritmo del cambio político, con diferencias notables entre las distintas autonomías que son un serio handicap para la formación global de los más jóvenes y para poder competir internacionalmente. La cerrazón partidista es notable y hasta ahora y en el futuro inmediato difícil de corregir.
Muy ligado a la Educación por su carácter histórico nos intentaron vender como un problema reciente el viejísimo caso de Gibraltar aprovechando el Brexit británico. Trescientos años del mismo y recurrente conflicto con Gran Bretaña en el que siempre nos ha tocado perder por las políticas oportunistas de Su Graciosa Majestad, desde la reina Ana a Isabel II. Nunca hemos encontrado las respuestas adecuadas al famoso Tratado de Utrech, tantas veces invocado y utilizado en contra de España.
Lo utilizaba el régimen de Franco para ocultar problemas internos y lo han seguido haciendo los gobiernos democráticos en estos últimos 40 años. Desde Londres y desde la Roca se plantean acciones sin marcha atrás, como la ampliación de su territorio, del aeropuerto, de las aguas jurisdiccionales y un largo etcétera en el que siempre terminamos por ceder a cambio de nada. Hoy seguimos igual con las apelaciones a la Unión Europea y a Naciones Unidas, dos escenarios a los que Gran Bretaña solo acepta cuando sus dictámenes y resoluciones coinciden con sus intereses.
El recurso al “enemigo exterior” funciona con regularidad de cronómetro. a Gibraltar se une la inmigración desde Marruecos, a cuyo régimen se le acusa de forma más o menos velada de participar en ese “envío” de pateras que inunda nuestras costas, desde Canarias a Almeria. Miles de emigrantes que pasan a convertir la solidaridad en otro problema que, al no tener solución política, se va a convertir en uno económico y social que cambie el equilibrio existente entre los partidos.