SOCIEDAD

Policía Política

Los ertzainas empujan al periodista.
Diego Armario | Lunes 17 de mayo de 2021

Hace años un día conducía mi coche entre Pozuelo y Majadahonda, me cruce con un amigo, le salude con las luces y un coche de la guardia civil me dio el alto y uno de sus agentes me denuncio por una supuesta falta que él interpretó que yo había cometido y no era así. Me puso una multa y al ver que no protestaba me preguntó en tono desafiante que por qué no lo hacía, y le respondí que no tenía costumbre de discutir con una persona que llevaba una pistola. Aquel comentario le indignó y pretendió que la cosa fuera a más, pero no obtuvo de mi ni una palabra más. Recurrí la multa y la Dirección General de tráfico atendió mis argumentos y la anuló .

No se me ocurriría elevar una anécdota a categoría o cometer la injusticia de decir esas cosas suceden con normalidad, pero yo sigo aconsejando a la gente que nunca discutan con alguien que vaya armado.

España no es como otros países en los que la policía comete excesos graves porque están amparados por sus gobernantes o alcaldes que se creen los jefes de la tribu, pero eso no quita para que, en algunos de esos cuerpos, especialmente en las policías municipales o autonómicas, existan personajes peligrosos que cuando tienen que proteger a un político de las protestas de los ciudadanos, actúen como matones.

Eso es lo que ha sucedido contra el periodista Kake Minuesa que en el país vasco intentó ayer hacerle una pregunta al ministro de administraciones públicas, Mikel Iceta y fue apartado a empujones y con algún golpe, además de amenazas verbales por varios ertxainas, que estaban siendo grabados y que actuaron como matones más que como servidores públicos, en tono chulesco y con conciencia de impunidad.

Estos personajes actúan como las llamadas policías patrióticas que defienden opciones políticas en vez de el cumplimiento de la ley y cometen excesos, deberían ser sancionados, pero yo no espero ni siquiera un comentario del ministro Marlaska, que cubre con su permanente silencio las vergüenzas de sus acciones, pero sí de la Asociación de la prensa y de la gente decente, porque resulta muy peligroso que funcionarios uniformados y armados se comporten como seguratas privados para servir a una opción política.

Kake Minuesa es un periodista incómodo, polémico que se ha metido en más de una situación provocadora, pero yo en este caso me solidarizo con él porque no se trata de criticarle a él sino al ertxaina, porque la policía no está para agredir a los periodistas les guste lo que hacen o no.


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