Es una noticia estupenda el anuncio de reconciliación entre Estados Unidos y la Unión Europea que hizo en Washington Josep Borrell. Se da por superados los desencuentros de los últimos días y las dos partes están comprometidas en mejorar la relación transatlántica.
Y hay que destacar la sentencia que hizo el Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea: la confrontación entre China y Estados Unidos marcará este siglo. Está claro que los europeos somos los mejores socios y aliados de los Estados Unidos como también aseguró Borrell para concluir que para los europeos esa relación es fundamental porque no existe alternativa mejor para la defensa territorial de Europa que la OTAN.
Termino las alusiones a las declaraciones del político español con la certeza de que un avance en las capacidades militares de Europa refuerza la relación transatlántica, siempre será complementario. Son muy trascendentes estas afirmaciones realizadas durante su visita al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken y tras ser recibido en el Pentágono para abordar las cuestiones conjuntas en el ámbito de la defensa.
Esta visita puede ser el colofón de la recuperación de las buenas relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea cuando hace escasas dos semanas miembros de la Comisión Europea aseguraban que los americanos se habían ido de la OTAN. Blinken viajó a París con motivo de una reunión de la OCDE y aclaró muchas cuestiones con sus aliados europeos, sobre todo con Francia que se vio agraviada por la pérdida de un suculento contrato de venta de submarinos a Australia por la decisión de Washington de crear el AUKUS, acuerdo de defensa para el Indo-Pacífico con el Reino Unido y Australia.
Muchas aristas se han tenido que limar en pocos días para que, al poco tiempo de la calamitosa pero necesaria salida de Afganistán, los aliados hagan las paces y reconozcan en público que es imprescindible mantener y reforzar la OTAN y el vínculo transatlántico.
No se trata solo de seguridad y defensa, el nudo gordiano de la ecuación está en las nuevas tecnologías, las relaciones comerciales europeas con China y la amenaza que supone para Washington y también para los europeos que China haya logrado infiltrarse en sectores estratégicos europeos a través de empresas y de inversiones que le permiten acceder a información más que clasificada.
Durante un encuentro de un ministro europeo con uno norteamericano, el tema de conversación durante más de dos horas fue Huawei y sus actividades. El reto impuesto por la Administración Biden a los europeos es elegir entre Estados Unidos y China, no valen medias tintas. No es fácil aplicar la decisión y deshacer algunos acuerdos con los chinos, pero ya se está haciendo.