Por Marta G. Galán
Nueva York ha sido el primer estado norteamericano en declarar el estado de emergencia contra el Omicron, la nueva variante del Covid 19, al mismo tiempo que Boris Johnson restringe la llegada de extranjeros.
Cuando gran parte del primer mundo empezaba a respirar un poco más tranquilo gracias a la vacunación masiva contra el Covid19 (oficialmente SARS-CoV-2), una nueva mutación del virus detectado en primer lugar en Sudáfrica, amenaza de nuevo a la salud y a las economías del mundo.
Hasta ahora, la pandemia de Covid-19 ha matado al menos a cinco millones de personas desde finales de 2019. Estados Unidos sigue siendo el país más afectado por la epidemia, con más de 775.000 muertos, por delante de Brasil (más de 610.000) e India (casi 470.000), aunque la OMS considera que la mortalidad provocada por el virus podría ser dos o tres veces mayor.
El hecho de que la nueva variante provenga de Africa ha hecho temer a los científicos de que la poca o nula vacunación en los países más pobres pueda seguir provocando nuevas variantes que afecten a todo el mundo.
La nueva variante, que ha sido clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como B.1.1.529 y bautizada con la décimo quinta letra del alfabeto griego: Omicron, no ha producido, todavía, grandes estragos entre las poblaciones afectadas, pero ha hecho sonar las alarmas principalmente en Estados Unidos, en Gran Bretaña y en la Unión Europea., hasta el punto de provocar caídas de las bolsas y fuertes medidas restrictivas a la convivencia ciudadana.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, sucesora de Andrew Cuomo, que estuvo diez años en el cargo, declaró el estado de emergencia, afirmando que la variante del coronavirus "Ya viene".
La Casa Blanca ha decidido, por ahora, centrar la lucha contra el Omicron con inyecciones de refuerzo como la mejor estrategia contra la nueva variante. Los dueños de negocios de NY recibieron la noticia de la variante con ansiedad y resignación
En Gran Bretaña, el primer ministro Boris Johnson anunció nuevas restricciones para la entrada de extranjeros en el país para evitar la entrada de Omicron, lo que ha provocado un nuevo golpe para las empresas de viajes y las compañías aéreas, cuyas acciones cayeron nada más conocerse las medidas gubernamentales.
Volverá a ser obligatorio el uso de máscara en el transporte y en las tiendas, justo en el momento en que el gobierno británico estaba intentando salvar la campaña de Navidad revacunando con la tercera dosis a millones de personas y de que su ministro de Sanidad. Sajid Javid, hubiera animado a la gente a continuar con los planes navideños, a pesar de las noticias de que las camas de cuidados intensivos se han llenado de pacientes Covid no vacunados.
En la Unión Europea, Bélgica fue el primer país en anunciar la presencia de un caso de la variante en una persona no vacunada que llegó el 11 de noviembre desde Egipto. Posteriormente se identificaron otros casos en el Reino Unido, Alemania, Italia y la República Checa.
En los Países Bajos, se detectaron primero trece casos de contaminación por variante Omicron entre los viajeros que regresaronn en avión desde Sudáfrica, pero el número podría aumentar hasta más de 70.
Ante el miedo desatado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen pidió a las poblaciones que tomen precauciones para que los científicos tengan tiempo de analizar esta variante: "Hay que ganar tiempo", insistió, pidiendo a las poblaciones que se vacunen, usen la máscara y respeten las medidas de distancia física.
La dirigente europea afirmó también que el contrato firmado este verano por la Comisión Europea con el laboratorio Pfizer-BioNTech por 1.800 millones de dosis de vacuna incluía una cláusula que preveía el caso de una variante que escapase de la vacuna existente. Con esta cláusula, el laboratorio se compromete a poder adaptar su vacuna en un plazo de cien días, dijo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, llamó a la calma y pidió que las fronteras permanezcan abiertas, y "adoptar un enfoque científico", basado en la "evaluación de riesgos". Los directivos de la OMS temen que si se “castiga” a a los países que son transparentes con sus datos, los gobiernos oculten información para no verse perjudicados en sus economías.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, instó a los países que han impuesto restricciones de viaje a sus compatriotas a "levantarlas de inmediato y con urgencia". Estos cierres de fronteras, desprovistos de "justificación científica", son una forma de "discriminación" contra Sudáfrica y los países vecinos afectados por las mismas medidas, agregó durante un discurso televisado.