La Autoridad fiscal independiente cree que el aumento será provocado por el aumento del déficit y el envejecimiento de la población, sin contar la inflación
La pandemia ha dejado exhausta a España, cuya deuda pública supera ya los 1,44 billones, muy por encima de los 1,2 billones que se espera que sume el producto interior bruto a finales de año. Cada español debe 30.000 euros de media.
La Autoridad Fiscal independiente (AIReF), que dirigió hasta 2020, el actual ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, avisa de que si bien la ratio española de deuda sobre PIB se redujo en 3.2% en el tercer trimestre de este año, las previsiones a largo plazo es que la deuda casi duplique el producto interior bruto duplique en 2050, empujado tanto por la inflación como por aumento de los pensionistas en una España envejecida, una de las onsesiones del ministro, que ya ha planteado elevar las cotizaciones a la Seghuridad Social.
La ratio deuda /PIB se situó en el tercer trimestre de 2021 en el 122,1%,, con una reducción de 3,2 puntos desde el techo (125,3%) alcanzado en el primer trimestre, gracias a que el ritmo de crecimiento intertrimestral de la deuda ha sido inferior al del PIB nominal en los dos últimos trimestres, lo que ha supuesto una reducción de la ratio de deuda pública (tras cinco trimestres consecutivos de crecimiento).
Más de la mitad del incremento de la ratio de deuda respecto al nivel de finales de 2019 tiene su origen en el elevado déficit público inducido por la crisis sanitaria. Además, la contracción del PIB, denominador de la ratio de deuda, contribuyó con un incremento de 5,2 puntos.
El mismo diferencial se ha incrementado en 2,1 puntos en lo que va de año y de 26,6 puntos respecto al nivel previo a la pandemia y en términos monetarios la deuda pública ha continuado creciendo hasta alcanzar un nuevo máximo histórico, 1,43 billones de euros.
Si las condiciones económicas fijadas por el gobierno de Pedro Sánchez se mantienen la ratio de deuda sobre PIB podría disminuir 4,3 puntos sobre el nivel registrado en 2020, situando la ratio en el 115,7% en el año 2022. Para ello el PIB tendría que subir un 6,5% sobre su valor en 2020 que fue de casi 1,12 billones de euros y llegar a los 1,2 billones. En los tres primeros trimestres se han sumado menos de 0,9 billones, lo que exigiría que en el cuarto trimestre el PIB subiera lo mismo que en el tercer trimestre, algo más de 0,3 billones.
El año 2021 será un período de estabilización de la ratio de deuda pública para la mayoría de los países europeos –según la Autoridad Fiscal independiente (AIReF)- gracias a un diferencial favorable del crecimiento sobre el tipo de interés frente al efecto desfavorable en 2020, donde España fue uno de los países más afectados por la mayor caída del PIB.
La AIReF, que preside actualmente Cristina Herrero, la antigua mano derecha de Escrivá cuando dirigía el ente, considera que el apoyo a gran escala de la política monetaria en respuesta a la crisis sanitaria ha contribuido a preservar unas condiciones de financiación de la deuda pública muy favorables, pero el alto nivel de endeudamiento implica una sostenibilidad futura fuertemente ligada a que las instituciones europeas mantengan las mismas condiciones.
Sin embargo, el crecimiento de la inflación está generando una tendencia alcista en las rentabilidades a largo plazo de la deuda soberana, un incremento de la carga financiera a través de la cartera de Bonos y Obligaciones del Estado indiciados a la inflación, junto la posible retirada de estímulos por parte de los bancos centrales.
Un repunte de los tipos de interés puede agravar la situación de la deuda por lo que el gobierno podría verse obligado a implementar medidas para reducir el déficit.
Las proyecciones de la AIReF dibujan una dinámica desfavorable de la ratio de deuda a medio y largo plazo si se mantiene un déficit presupuestario superior a dos puntos de PIB.
La AIReF apunta además que la trayectoria ascendente de la deuda aumenta notablemente al sumar el gasto estructural relativo al envejecimiento poblacional (pensiones), proyectando una ratio de deuda del 190% sobre PIB a mediados de siglo, es decir que por cada 100 euros que recauda el Estado habría que pagar una deuda de 190 euros, el doble casi.