La UE tiene en Rusia su fuente de energía primaria. Importa con ese origen más del 40% del gas, el 30% del petroleo, y el 25% del carbón que consume
El diferencial de inflación entre EE.UU. y la eurozona, no supera por poco los dos puntos porcentuales. Dos puntos y medio si nos referimos a la tasa subyacente. Nada dramático, pero suficiente para que los mercados se comporten asumiendo que el problema inflacionista es mayor en EE.UU.
Esta asunción se ha reforzado después del cambio de discurso del presidente de la FED en las últimas semanas, sin duda alentado desde la Casa Blanca que ve su popularidad desplomarse en las encuestas a causa de los precios.
Se adelanta la subida en EE.UU.
El cambio de discurso del presidente de la Reserva Federal, que incluyó la reinterpretación del concepto “transitorio” aplicado a la inflación, es probable que cristalice esta semana en la decisión de acelerar la retirada de estímulos, acercando la elevación de tipos; y es que hay una suerte de compromiso de la Reserva Federal con el mercado, que asume que antes de elevar los tipos, se habrá puesto fin a la compra de títulos. Será muy difícil que se arriesgue a otra cosa.
Cuestionaría mucho su credibilidad en un momento muy delicado.
La reducción acelerada de compras supondrá adelantar al alza de tipos entre dos y tres meses, de modo que ya en primavera habríamos de tener la primera.
Tal y como descuenta ahora el mercado, la primera elevación europea tardaría entre 6 y 9 meses más. Reducir a esta diferencia temporal la causa por la que el dólar se encuentra en 1,12 en lugar de los 1,18 donde estaba no hace mucho tiempo, es simplificar en exceso, pero qué duda cabe que ha jugado un papel protagonista.
La dependencia europeade Rusia
La tensión de precios se reparte a partes desiguales entre oferta y demanda, pero con un claro predominio de la oferta. Así, si nos vamos a precios industriales, la eurozona está sufriendo en mucha mayor medida. Más de 13 puntos porcentuales padece de inflación industrial la eurozona, con el componente energético como gran protagonista.
La UE tiene en Rusia su fuente fundamental de energía primaria. Importa con ese origen más del 40% del gas, el 30% del petroleo, y el 25% del carbón que consume. En algunos países como Finlandia, la dependencia llega al 90%.
En EE.UU., principal productor mundial de hidrocarburos, gracias al fracking y al shale gas, la dependencia energética exterior es nula, hasta tal punto que es un proveedor alternativo de gas a Europa mediante el GNL, algo que, dicho sea de paso, beneficia a España, donde radican 6 de las 20 plantas regasificadoras europeas.
Si la inflación tiene su origen fundamental en la oferta global y por lo tanto nadie escapa, y entre los factores que acentúan la tensión en los precios, la energía es un factor crítico, y a esto la exposición es mucho mayor en Europa, que además está vinculada a un foco de inestabilidad como es Rusia, frente a cuya política las posturas europeas son muy distantes, ¿cómo y durante cuánto tiempo el BCE va a mantener su discurso de la inflación como factor transitorio que con tanta fe manifiesta?
La tensión con Ucrania, por donde pasa el Nord Stream1, ocupa portadas estos días, y la posición europea respecto a la activación del Nord Stream2 está lejos de ser común.
La recién salida Canciller alemana salvó a Europa de la ruptura tras la llegada del Covid unificando la respuesta tras unos meses de zozobra. ¿Ocurrirá algo similar con la dependencia energética de Rusia, o cada país hará lo que le convenga?
En Ucrania se juegan más cosas de las que parece, y el BCE se verá obligado a reconsiderar, acorde a ello, su postura. Veremos en ese caso con que impacto.