En el mismo escenario, dos años después, Pedro Sánchez volverá a ganar en el Congreso. El 8 de Enero de 2020 consiguió su investidura por dos votos y en la segunda votación. Este 3 de febrero va a conseguir que la nueva Ley de Relaciones Laborales sea aprobada por mayoría absoluta. Más de 176 escaños tras las dudas de las izquierdas radicales de Cataluña y País Vasco y las reticencias de las derechas nacionalistas. Con la nueva Ley y los Presupuestos, manos libres hasta febrero de 2024.
A lo largo y ancho de este año llegarán los Fondos europeos, la presidenta Von der Leyen le ha dado un pequeño empujón por más que Pablo Casado se empeñó en avisar que todo está basado en mentiras y que éste se descubrirán dentro de dos años. En Alemania y en Portugal han ganado los “partidos hermanos”, algo que siempre ayuda sobre todo cuando suenan los tambores de guerra en el Este y la energía del gas se convierte en materia estratégica para que España negocio desde posiciones ventajosas.
La frase de Adriana Lastra a las 13,52 de la mañana de aquel 8 de enero, tras sumar los 167 votos que convertían en presidente a Pedro Sánchez con tan sólo 120 escaños apartados por el PSOE y 35 por sus socios de Unidas Podemos, ya es parte de la historia parlamentaria: “aquí hay 167 valientes”, junto al ramo de flores que le entregaron a la diputado de En Comú Podem, Aina Vidal, que dejó por unas horas su tratamiento contra el cancer para conseguir que saliera adelante el primer gobierno de nuestra democracia con militantes comunistas en su interior. Lógicas las lágrimas de Pablo Iglesias e Irene Montero, se convertían en vicepresidente y en ministra.
Las matemáticas de los votos han cambiado dentro de los grupos políticos más pequeños con representación en el Congreso. En 2020 los 140 parlamentarios del PP y de Vox recibieron la inesperada ayuda de los 8 diputados de la izquierda más radical que representaban los vascos de Bildu, los catalanes de la CUP y los gallegos del BNG.
Los “católicos” del PNV y de ERC no se pusieron de acuerdo tal y como les ha ocurrido desde que tienen existencia como partidos políticos. Unos siempre han estado en la derecha y otros han oscilado entre el centro y la izquierda. Sus mirada siempre se dirigen más al Vaticano que a la sede de la Conferencia Episcopal. Matices religiosos que conviven dentro de las tablas contables de la economía doméstica.
Este 2022, tanto los que darán el sí como los que darán el no o se abstendrán conocen el calendario que imponen las autoridades políticas y económicas auropeas. Gobierno central y gobiernos autonómicos necesitan su parte del reparto de los 140.000 millones de euros. Llegará la hora de discutir los porcentajes y el control de los proyectos pero sin Presupuestos y sin Ley de Relaciones Laborales aprobadas por el parlamento, por la Patronal y los Sindicatos el flujo de los millones se paralizaría.
Victoria también para una necesitada vicepresidenta segunda. Yolanda Díaz no avanza en su intento transversal de resucitar el 15M - con Pablo Iglesias de Inquisidor general del futuro de su “criatura” - y sobrevive gracias a los apoyos puntuales que recibe desde el ámbito del PSOE y de La Moncloa, y con menos entusiasmo de sus compañeros de Gobierno y de ideología, Ione Belarra e Irene Montero. Sus buenas y fluídas relaciones profesionales con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, son una buena carta de presentación en Bruselas. Y lo saben.
Queda, por supuesto, una larga carrera de obstáculos políticos para los próximos 24 meses, desde este 13 de febrero en Castilla y León - con sustos seguros para los favoritos al margen de las encuestas, como se ha visto en la victoria del candidato Costas en Portugal - con el Gobierno regional en juego como consecuencia del ya lejano tsunami que se inició en Murcia el 10 de marzo de 2021; a la aparición de seis o siete escaños del Parlamento autonómico en manos de la llamada España vacia.
Muchos unos - diputados únicos - que aparecieron para que Pedro Sánchez y Carmen Calvo sonrieran en primera fila, y que volverá a aparecer para que las sonrisa se extiendan por el banco azul del Gobierno. El uno de Teruel existe, el uno del cántabro PRC, el uno de Nueva Canarias, el uno de Coalición Canaria, el uno de Compromís…veremos que pasa con el uno del BNG, el uno del Foro Asturias, el uno del díscolo de Ciudadanos.
Es la España real que dijo adiós al bipartidismo y que, desde los despachos centrales del PSOE y del PP , miran a Portugal y se preguntas si Santiago Abascal, tras la cumbre de la ultraderecha europea en Madrid, abrirá o cerrará el cerrojo del futuro.