Como ocurre siempre en España, no es lo mismo ocupar un edificio de un organismo o persona importante que si le ocurre lo mismo a un ciudadano de base. La delegada del Gobierno en Madrid, del PSOE, no ha tenido reparos en desalojar a los jóvenes okupas que con su acción pretendían poner de manifiesto la especulación inmobiliaria de un edificio histórico para convertirlo en hotel.
Unos 200 jóvenes okupas de La Ingobernable decidieron ocupar la antigua sede de la UGT, en la calle Hortaliza de Madrid para denunciar la actitud especulativa de la UGT por haber alquilado el antiguo convento a una empresa hotelera y participar en el proceso de conversión de la .ciudad en foco del turismo de masas, “sumándose a las políticas neoliberales del consumismo”.
Los jóvenes pusieron de manifiesto la estrecha unión del alcalde madrileño del PP, José Luis Martínez Almeida, con el sindicato socialista para lograr en tiempo récord también la conversión de un edificio histórico en un hotel cambiando las normas urbanísticas.
Desde el mismo momento en que se produjo la ocupación, la delegada del Gobierno, la socialista Mercedes González, ordenó a la policía someter al edificio a un asedio total, impidiendo la entrada o salida de personas, ni siquiera para llevar comida o bebida a los que se habían encerrado dentro. Al día siguiente de la okupación, la policía desalojó a los jóvenes, que no opusieron resistencia al ser desalojados.
La actuación express de la policía en este caso ha sorprendido también a una asociación “mibarrioseguro” para poner de manifiesto las diferencias de actuación de las administraciones públicas:
“La UGT -afirma el comunicado de Andrés López, presidente de dicha asociación- montó en cólera y señaló que se trataba de un agravio a todos los trabajadores de este país, al parecer más importante y no equiparable, al que padecen los miles de familias de clase media y baja, también trabajadores, que llevan meses cuando no años, viendo ocupada su propiedad ganada con el esfuerzo, trabajo y dedicación de toda una vida”.
También ponen de manifiesto la hipocresía de alabar un decreto del gobierno en favor de los okupas y al mismo tiempo rechazarlo cuando le toca a su patrimonio: “Conviene recordar que aquellos que nunca se han posicionado en contra de la okupación y que, en su día, defendieron y aplaudieron el decreto antidesahucios del Gobierno, ahora se hayan rasgado las vestiduras y esgrimido exactamente las mismas razones de aquellos otros que llevan años denunciando la inseguridad jurídica que padecen, puesto que la Ley no les protege y les deja indefensos ante este tipo de delitos”, insiste “mibarrioseguro”.