ECONOMIA

Calviño y sus apóstoles quieren convencer a Europa del Evangelio español

Raúl Heras | Sábado 24 de septiembre de 2022

A los Presupuestos Generales del Estado se les llama, y con razón, el Evangelio de un país por la importancia que tienen para su administración en todos los campos. La vicepresidenta Nadia Calviño ha pensado siempre - dada su procedencia “europea” y los usos y costumbres que reinan en Bruselas - que necesitaba a cuatro apóstoles para que lo difundieran en Europa y, sobre todo, entre los miembros de la Comisión, el Parlamento y el Banco Central, sin olvidar el Fondo Monetario Internacional. En uso interno las negociaciones con sus socios de dentro y fuera del Gobierno avanzan en la dirección adecuada.



Con el beneplácito de Pedro Sánchez y de su colega de Hacienda, María Jesús Montero, la vicepresidenta de Economía va a imitar a los grandes bancos y empresas de España: ir bien acompañada y con “control externo “ de las cuentas de ingresos y gastos, para que la Comisión Europea y el BCE se fíen de los Presupuestos Generales que les van a enviar y del uso que se está haciendo y se va a hacer de los 140.000 millones que nos concedieron, van a contratar a 4 apóstoles para que respalden la “buena nueva”.
Las cuatro grandes firmas de auditoria y asesoramiento que actúan en nuestro país, Deloitte, PwC, EY y KPMG van a revisar todo lo que escriban y calculen en los Ministerios de Economía y Hacienda y pondrán su firma para que los números sean creíbles. El Gobierno quiere acelerar los plazos y para ello cree que con la presencia de las “Big Four”, las cuatro firmas más grandes de la auditoría internacional, avalando las cuentas públicas todo será más fácil. Es así pese a que la realidad y muchas veces ha demostrado lo contrario.. es más la imagen que el fondo, sobre todo cuando todas las cifras se enfrentan a la realidad de una Europa en guerra.
Para hacernos una idea del tamaño de estos auténticos colosos de la auditoria, que pueden con su presencia en el mundo empresarial hacer más fácil o difícil la vida de los ejecutivos, podemos mirar, a nivel mundial, lo que esas cuatro empresas facturan: algo más de 150.000 millones de dólares al año. En España, con los últimos datos, sus cifras de negocio en euros son las siguientes: Deloitte, 762 millones; PwC, 582 millones; EY, 426 millones; KPMG, 406 millones. Puede que en el último ejercicio esas cifras se hayan quedado cortas y ya estén, en su conjunto, por encima de los tres mil millones de euros.
Los deseos y necesidades del Gobierno son una de las mejores noticias que podían recibir los responsables españoles de las cuatro. Sin saber cual será el papel final de las mismas y si se repartirán el trabajo por Ministerios, por bloques de actividad o por los sectores que han indicado desde Europa para recibir las ayudas, tanto Fernando Ruíz como Gonzalo Sánchez, Federico Linares e Hilario Albarracín ya saben que los años 2022 y 2023 no van a ser malos años para sus empresas. Para los auditados ya se verá.
Si los plazos anunciados por Pedro Sánchez y sus dos ministras de los dineros se cumplen, el primer borrador de Presupuestos estará listo para enviar a Bruselas a finales de octubre. Tras ese examen de las futuras cuentas públicas será entre enero y abril cuando los PGE - si se aprueban primero en el Congreso - estén listos para el examen definitivo en Europa.
A partir de esas fechas la Comisión tiene un plazo de dos meses para examinar y aprobar cada una de las partidas. Resultado: es difícil que las primeras decenas de miles de millones de euros que necesita España puedan llegar antes del mes de marzo de 2023. Eso si se ajustan los tiempos y se aceleran los trabajos. Seis meses cuanto menos de “apostolado” que las cuatro auditoras tendrán por delante. Ya no dependemos sólo de la eficacia y buen hacer de los funcionarios públicos. Estamos más en manos de la solvencia y exigencia de esa parte del sector privado.

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