o que pasó en Francia y acaba de pasar en Italia con los vencidos en las dos elecciones es un buen motivo para la reflexión y las actitudes del socialismo hispano y de la izquierda patria en general. En los dos países las ofertas de Melenchón y de Letta han fracasado. Más centrada en Francia con Macron que en Italia con Meloni pero coincidentes en el alejamiento de sus antiguos votantes.
Una lección que se basa en el castigo a los malos comportamientos cuando se alcanza el poder y se defrauda a los votantes, de falta absoluta de un serio programa de futuro que sea creíble y entendible, de traiciones y traidores que ponen su futuro por encima de todo lo demás.
Suma de comportamientos en los que la ideología desaparece y deja en su lugar a la más brutal, descarnada y cínica expresión del mal llamado "realismo político". Cambios improvisados, ofertas improvisadas, formaciones y nombres que aparecen y desaparecen, como son los casos de Sumar de Yolanda Díaz y del cartel de Juan Lobato, en Madrid, en el que ha desaparecido el símbolo del PSOE y la palabra socialista para ser sustituidos por el apellido del candidato, un cursi corazoncito y el término genérico de progresistas.
Al Partido Socialista y al Oartido Comunista francés les están abandonando por su derecha y por su izquierda. Les dejaron los votantes, que no dudan en propiciar su entierro. Es la desconfianza en unas siglas en las que los mismos que las representan dejan de creer y se colocan de forma personal por encima de ellas. Todo lo contrario de lo que hace la nueva derecha, en ese camino que ya recorrieron hace años.
Los dos son dos perdedores sin mucha pasión por las siglas en las que crecieron y gracias a las cuales disfrutaron del poder. Para la mayoría de los militantes del PSF y del PD italiano son dos cambia-chaquetas, políticos sin política, profesionales del arribismo, sin más ideología que permanecer en la élite que gobiernan sus países. Una vergüenza para toda la socialdemocracia europea - habría que añadir el casi sueco y limitar los efectos en Alemania - que se aleja de las antiguas victorias frente a la también derecha liberal que impuso su estrategia y sus valores a fuerza de crisis.
Lo más seguro es que unos y otros , al igual que ha pasado en Andalucia con el derrotado candidato Espadas, busquen acomodo en los amplios brazos de la "descompresión" y que intenten hacer lo mismo que ya hizo, por ejemplo, el candidato de la Francia insumisa Jean -Luc Melenchon, quien a su vez rompió con su militancia en el Partido Comunista francés para conseguir un meritorio tercer puesto en los comicios presidenciales.
Se entiende la debacle del socialismo francés tras comprobar el comportamiento de los que fueron los dos líderes que lucharon primero por representarlo en las urnas y que luego huyeron como conejos asustados tras el varapalo que les dieron los ciudadanos. Si recordamos a François Hollande, que era un pillo crecido dentro de las entrañas del PSF y muy proclive a dejarse llevar más por la entrepierna que por la cabeza, sus dos “ sucesores” son dos estupendos ejemplos de profesionales que deberían salir de la política - Letta ha dimitido - para no volver.
Son como los capitanes que al ver que el barco se hunde saltan los primeros a los botes salvavidas, y corren en busca de una nueva nave a la que subirse. Son burócratas del poder y su amor por el estado y el servicio a los ciudadanos está justo en la dirección contraria de sus intereses y deseos personales.
En España, sin llegar a tanto descaro, si se están dando actuaciones parecidas pero sin llegar a candidatos presidenciales. Ocurrió con la UCD que se recuerda a veces en estos días en los que se recuerda su práctica desaparición en 1982, pero en aquellos días estábamos aprendiendo a ser demócratas y funcionar a través de los partidos.