El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión que tiene a Ursula von der Layen como cabeza visible nos acaba de hacer un gran favor a todos los europeos y, por consiguiente, a los españoles. Josep Borrell ya sabía que Vladimir Putin era un malvado, nos lo dijo y lo proclamó a todos los vientos mientras pedía y pedía más armas para que el presidente Zelensky combatiera a los rusos.
Hombre inteligente, que aspiró a dirigir el PSOE y se quedó en ministro de Asuntos Exteriores entre junio de 2018 y noviembre de 2019 con Pedro Sánchez; y antes de ello presidente del Parlamento Europeo, y antes ministro den Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente entre 1991 y 1996 con Felipe González en La Moncloa, y antes Secretario de Estado de Hacienda entre 1984 y 1991, y antes y al mismo tiempo diputado del Parlamento Europeo entre 2004 y 2009, y más amtes diputado en. El Congreso español entre 1986 y 2004, y antes diputado por Barcelona, y antes concejal del Ayuntamiento de Majadahonda. Todo eso, que es mucho más que mucho en sus primeros 75 años de vida, en los que se ha casado dos veces y tiene dos hijos.
Con esa historia de cargos y más cargos a sus espaldas es imposible que se equivoque cuando, una vez más, acusa al presidente ruso de ser un asesino. Ahora le añade el de ser tonto, pues sólo a un tonto se le ocurre dentro inutilizar para siempre la “carretera”, llamada gasoducto, por la que envíaba uno de sus más rentables productos a la Europa comunitaria. Le debemos a nuestro compatriota el descubrimento de esa parte de la mente de Putin que no conocíamos. Mañana, cuando desde Rusia quieran mandar gas a Europa, con Putin o sin Putin, tendrán que volver a construir las dos “carreteras” que les habían costado unas cuentas decenas de miles de millones de euros. Sólo puede sacarse una conclusión: el Kremlin entontece a sus ocupantes hasta límites insospechados.
La memoria de don Josep enflaquece un poco al olvidarse de las amenazas del presidente norteamericano lanzadas en rueda de prensa hace unos meses, al inicio del conflicto cuando le dijo a una periodista que los Nord Stream dejaría de funcionar para siempre. Un lapsus entendible por la cantidad de información que el señor Borrell tiene que procesar cada día, que es inmensa: miles de documentos que le llegan de los cuatro puntos cardinales del mundo.
Lo importante, lo verdadero, lo auténtico está en el principio básico que rige en Bruselas y que nos remite, a los españoles, a los años treinta del siglo XX en nuestra negra historia; “Rusia es culpable” gritó Ramón Serrano Suñer, el cuñado de Franco y ministro de Exteriores de la época cuando el 22 de junio de 1941 comenzó la “Operación Barbarroja” que fue el inicio de la II Guerra Mundial. Decir que Josep Borrell es un heredero doctrinal de Serrano Suñer sería un disparate.el segundo trabajó para una Dictadura y mantuvo unas estupendas relaciones con la Alemania nazi; el primero trabaja para la gran Democracia europea, eso sí, con indudable inclinación hacia la Alemania que representa Von der Layen, que es su jefa y otra de las inteligencia más preclaras de estos tiempos.