ECONOMIA

¿Se equivocan de nuevo?

Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
José Manuel Pazos | Lunes 30 de enero de 2023

Los bancos centrales de Estados Unidos y de la Eurozona erraron en interpretar la evolución de la inflación hace seis meses, volverán a elevar los tipos esta semana pero el entorno es ahora muy diferente. La secretaria del Tesoro norteamericana, Janet Yellen, ha anunciado que se ha alcanzado el nivel máximo de deuda autorizado por el Congreso, lo que obligará a tomar drásticas medidas,



El jueves 19 de enero, la Secretaria del Tesoro de EE.UU. anunciaba que se había alcanzado el nivel máximo de deuda autorizado por el Congreso. El actual está establecido en 31,4 billones de dólares, y alcanzarlo impide nuevas emisiones netas al Tesoro, y le obliga a recurrir a ingeniería contable para poder afrontar pagos corrientes tan básicos como los cupones de bonos, los salarios de funcionarios, o los pagos de la Seguridad Social. Si no hay efectivo, no cobran los inversores, pero tampoco los médicos, los maestros, los policías, el ejército, o los pensionistas.

SIN RESOLUCIÓN RÁPIDA

No es algo nuevo. El límite de deuda se establece anualmente y el gobierno federal cuenta, cuando lo alcanza, con el recurso a extensiones temporales de gasto que somete a la aprobación de las Cámaras, algo que el legislativo concede regularmente y que normalmente pasa desapercibido. Superan 120 los episodios de este tipo desde la IIGM.

Pero hay ocasiones en que esa aprobación no se produce de modo tan automático, las negociaciones se bloquean, y el gobierno se ve obligado a lo mismo que cualquiera que se queda sin liquidez: dejar de pagar.

Se produce así un “cierre gubernamental”, algo que en los últimos 10 años ya ha ocurrido hasta en tres ocasiones y con distinta duración. Supone suspender prestaciones públicas tan básicas como servicios médicos, educación, o seguridad ciudadana.

El gobierno envía a su casa y suspende de empleo a servidores públicos porque no hay efectivo para pagarles. Despierta tanta ansiedad que su duración se cuenta por días.

En octubre de 2013, el cierre se prolongó 16 días, 3 días en enero de 2018, y el último fue de 35 días entre diciembre de 2018 y enero de 2019. Ahora se estima que mediante argucias contables, el cierre podría retrasarse hasta junio, incluso más, pero la fecha exacta siempre es incierta.

El episodio de consecuencias más graves tuvo lugar en 2011, y provocó un ajuste importante en todos los mercados, incluida una fuerte depreciación del dólar, cuando la agencia de rating S&P rebajó la calificación crediticia de la deuda norteamericana de AAA a AA+. No ha vuelto a elevarla. Es algo a considerar, porque añade incertidumbre sobre los activos en dólares y, atendiendo al clima actual de la política norteamericana, no se aventura una rápida resolución.

PANORAMA MUY DIFERENTE

La incerteza también alcanza a la economía española. Más allá de la celebración sobre el crecimiento en 2022, los datos del último trimestre dibujan un fuerte retroceso liderado por la contracción del consumo y la inversión. Todavía un 0,9% por debajo del PIB previo a la pandemia, en el último trimestre y respecto al anterior, el consumo de los hogares cae un 1,8%, la inversión en bienes de equipo cae un 5,8%, las exportaciones un 1,1%, las importaciones un 4,2%, y se pierden más de 80 mil empleos, de ellos 100 mil en el sector privado, compensados por los 20 mil creados en el sector público.

Sumemos un descenso del ahorro hasta el nivel más bajo de la serie histórica ya en el tercer trimestre, y veremos que la realidad es bastante menos amable que lo que se deduce del conjunto del año.

Este es el entorno en el que la Reserva Federal y el BCE han de pronunciarse esta semana. La expectativa es de subidas de tipos en ambos casos, 25 y 50 puntos respectivamente, y también en ambos casos en plena desaceleración y con la inflación en retroceso. Panorama muy diferente a hace seis meses. Lo explicarán, pero, ¿se equivocan de nuevo?


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