NACIONAL

Ramón impone su libertad para hablar de España. Y Abascal acepta

Raúl Heras | Domingo 26 de febrero de 2023
El presidente de Vox quería que Ramón Tamames hiciera una autopsia del Gobierno de Pedro Sánchez que le sirviera de apoyo para denunciar los males que sufre España bajo la izquierda del PSOE, Unidas Podemos y los nacionalistas de todo tipo. Se equivocó o le equivocaron, sobre todo Fernando Sánchez Dragó, el casamentero y también excomunista como Tamames pero ahora miembro pensante del equipo que dirige Vox.

La sexta moción de censura de nuestra democracia será la más innovadora, desconcertante e inesperada de todas. Un partido la presenta, con un candidato que sabe que no saldrá elegido y que, en algunas cuestiones, que se partido tiene como señas de identidad, está en contra de todas ellas, sobre todo en lo referente a las posiciones que afectan a la mujer. Ni Ramón, ni Carmen,su mujer, ni sus dos hijas, ni sus nietos se lo perdonarían.
Ramón es mayor, pero no tonto. Está dispuesto a dar una lección de economía en el Congreso, está dispuesto a diseccionar uno por uno cada Ministerio, a decirle a sus señorías lo que considera que está bien y lo que piensa que está muy mal. A todos y cada uno de los 350 políticos que se sientan en el Hemiciclo. No pensaba desde el principio en lograr la presidencia del Gobierno como hizo Pedro Sánchez en 2018, lo suyo, lo que le ha hecho decir sí tras semanas de pensarlo y preparar su intervención, que va a ser larga y minuciosa, es mitad vanidad académica de quien lleva sesenta años examinando la realidad económica de España, y nostalgia política de quien pudo ser ministro en el lejano 1981 y al que una parte de la izquierda a la que creía representar le fue orillando hacia la vida privada y universitaria. La otra mitad es fácil de entender: Ramón sabe que es su última oportunidad para decir en la sede de la soberanía nacional lo que piensa.
Si hubiera dicho que no me habría arrepentido el resto de mi vida”, me dijo desde el primer momento de las negociaciones con Santiago Abascal y era totalmente sincero. Quiso hacerlo pese a todos los que le han dicho que no debía hacerlo. Tiene la edad para hacer y decir lo que le venga en gana. Lo va a hacer. Pretende servir de portavoz a esa España a la que los partidos, con sus guerras internas y externas han dejado sin voz.
Si te encierras con un tigre y Tamames lo es aunque no lo parezca, capaz de salir airoso de las situaciones más complicadas, lo más probable es que te muerda y hasta puede que te deje mal herido. Abascal creyó que el tigre había pasado por el circo de Angel Cristo y que el tiempo lo había domado. Error de los grandes. El catedrático emérito de Estructura Económica es, ante todo, un intelectual y se comporta como tal, cargado de tantas luces y sombras como tiene este país nuestro; y luego está el político que siempre se ha considerado maltratado y poco utilizado. El resultado es ese matrimonio de conveniencia será un divorcio de mutuo acuerdo. A primeros de marzo el Congreso será una fiesta, incluso para aquellos que hoy creen que van a asistir a un funeral.

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