Dos años en el dique seco y el reino de las portadas de papel couché consumieron su tercera vida, siempre atenta al océano de oportunidades matrimoniales de la Villa y Corte. Así apareció el aristócrata Carlos Falcó, marqués de Griñón, dueño de tierras y de historia. Cinco años, una hija y aluvión de rumores en torno a la lentejas de Mona Jimenez. Cambio de ciclo, de estatus y de amigos. De los títulos a la ciencia, de los viajes a París a mirar las pirámides, del chalecito capitalino a la gran mansión en La Florida. Siempre ella, con portadas de revista y de silencios.
La vieja España por la Nueva España del todopoderoso Miguel Boyer. 30 años de vino y rosas hasta que el cerebro del hombre que pudo reinar en le socialismo estalló. Viuda, sexta vida. Un año de " alivio luto", de guardar las formas. Y la séptima que apareció en el horizonte con Pantaleón y las visitadoras bajo el brazo, tam breve como un suspiro, tan fugaz como el aleteo de las mariposas, sobre todo cuando son atacadas por un abejorro de ruidosos escritos y uniformes franceses que escoltan a la gloria que siempre aparecerá en los libros.