NACIONAL

El ejemplo del almirante Méndez Núñez que puede seguir Iglesias

Raúl Heras | Jueves 08 de junio de 2023
Todo un doctor en Ciencias Políticas y profesor de esa materia debe o debería conocer lo que ocurrió hace 157 años en las costas sudamericanas y que dió lugar a que un gallego y contralmirante de la Armada Real pronunciara una de esas frases que llevamos repitiendo a lo ancho y largo de ese siglo y medio. Puede aplicársela a sí mismo, comentarla con dos ministras que están a punto de dejar de serlo dentro de unos meses, y utilizarla para responder a los que fueron compañeros y ahora enemigos, desde a Yolanda Díaz a Ada Colau pasando por supuesto por Iñigo Errejón.

Uno tras otros les han humillado cobrándose cumplida venganza. Siempre las traiciones por medio con la vista puesta en los sillones del Congreso y no en la gobernación del país. “ Más vale honra sin escaños, que escaños sin honra”. En 24 horas veremos si Iglesias tiene la valentía de Méndez Núñez y ordena disparar contra Sumar o acata el ultimátum de la Comodora Díaz.

Le recodaré, por si lo ha olvidado, que con dos años menos de los que hoy tiene él, el almirante Casto Méndez Núñez obdeció las órdenes del Ministro de Estadio de la Reina Isabel II y, para contener la cadena de levantamientos contra la Corona española en varios países de Sudamérica, ordenó a la Armada atacar Valparaíso pese a las amenazas del Comodoro Rogers, jefe de la escuadra norteamericana que defendía, junto a la británica, las insurreciones que llevaron a la independencia de los que eran territorios de la Monarquía española.

Aquel Gobierno presidido por el general tinerfeño Leopoldo O`Donnell , al que llenarían de título nobiliarios tanto Isabel II como su hijo Alfonso XII quiso imponerse a la fuerza a unos países que llevaban el independentismo en los genes de sus dirigentes y que contaban con el apoyo interesado de norteamericanos y británicos. Cayeron las bombas lanzadas desde los buques anclados frente a las costas de la ciudad chilena y la respuesta de las Armadas enemigos no se hizo esperar: o rendición o destrucción. Tampoco tardó Méndez Núñez en enviar su mensaje, convertido desde entonces en todo un clásico de la historia de las guerras: “más vale hora sin barcos, que barcos sin honra”. España perdió los barcos, perdió las guerras y Méndez Núñez moriría dos años más tarde en Pontevedra.

Si Iglesias, que ya hace tiempo que descubrió su error al dejar en la vicepresidencia a la que era su auténtica enemiga, y los que defienden la marca de Podemos deciden presentarse con sus propias siglas frente al magma de Sumar perderán los dos, pero no serán humillados y arrojados a las fieras.


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