Todos y cada uno de los quince meses de guerra que sufre Ucrania producen destreucción, muertos, un futuro muy negro para sus habitantes y una lista incontable de mentiras. Mentiras que esconde la realidad material del conflicto, al igual que ocurre en otras partes del mundo. Basta con mirar la lista de recursos naturales que existen en Ucrania para entender la llegada, salida y nueva llegada de los talibanes al poder en Afganistan. Riqueza energética y mineral que necesitan y quieren explotar las grandes potencias, desde Estados Unidos a China, pasando por Rusia y la inestable Europa.
En un mundo en el que la población avanza a ritmos geométricos por el control de las enfermedades y las mayores cotas de bienestar de muchos países que eran considerados del "Tercer Mundo", el control de las materias primas es fundamental para el desarrollo de las nuevas tecnologías. Materias primas que van desde las que producen energía, como el petróleo, el gas o el carbón; a aquellas que van de forma directa a los alimentos, o las que sirven para nuevos materiales en todos los sectores de la producción.
El Pentágono y el Servicio Geográfico de Estados Unidos en 2010 pusieron en blanco sobre negro el valor de los minerales sin explotar que existen en Afganistan: tres trillones de dólares, sin contar su posición estratégica para la conducción de gas y petróleo entre el Asia central y el Mar Arábigo. Podría ser uno de los países más ricos del mundo. Es de los más pobres y atrasados. Rusia se equivocó. Estados Unidos no quiere hacerlo. La utilización de la religión por parte de los talibanes para sojuzgar a la mitad de su población, las mujeres, les tiene sin cuidado. Los negocios son los negocios.
En Ucrania, al igual de lo que pasaba en Oriente Medio y por extensión en el resto de Africa y toda América Latina, lo que estaba y está en juego es la riqueza de esos países, desde la energía y su derivada inmediata, la distribución, el transporte de la misma a los lugares de transformación y consumo, en la que aparecen las grandes compañías multinacionales, hasta la extracción de los minerales que sirven de base para el desarrollo tecnológico en los países occidentales. Con otro aspecto importante: la acumulación de capitales en manos de muy pocos en los lugares de extracción de los recursos que necesitan ser invertidos, y que terminan fundamentalmente, en los lugares de consumo final de los productos a los que sirven de base.
Pongamos en este último asunto dos ejemplos muy claros para los españoles: el Kuwait de los años ochenta con el entonces financiero Javier de la Rosa como abanderado; y el Qatar de hoy con el empresario Ignacio Sánchez Galán como adalid de sus inversiones.Dos actitudes muy distintas, dos modelos antagónicos de comportamiento, pero ambos necesitados de unas buenas relaciones con el poder político, tanto para mover capitales como para conseguir los permiso de instalar en esos territorios sus compañías. DSiempre en lucha con el resto de los llamados “socios” europeos o norteamericanos. En los dos casos los llamados petrodólares fueron alentados y muy bienvenidos por los gobiernos de turno, y entraron de lleno en las grandes guerras empresariales de cada época. Curiosamente, en ambos escenarios, el partido en el poder era el PSOE.
En una web que recomiendo:
consultores@petroleoyv.com me he encontrado con un largo artículo o estudio que firma
Martín Durán bajo el título de "
Geopolítica del petróleo y el gas" que es francamente bueno, práctico, claro y útil para todo aquel que quiera ir más allá de lo que se publica en los medios de comunicación bajo las imágenes de aviones, bombas y mandatarios haciendo grandes declaraciones en pro de la libertad de ciudadanos, a los que no conocen, y a los que hace pocos meses dejaban a su suerte sin importarles lo más mínimo la condición de dictadores de aquellos a los que sonreían, estrechaban sus manos, pedían sus dineros y vendían sus armas.
De ese artículo he extraído un cuadro que permite sacar de forma inmediata unas conclusiones claras y firmes sobre lo que está pasando y lo que va a pasar en el inmediato futuro:
Reservas, producción y consumo de petróleo por grandes áreas
zona reservas producción consumo
Norteamerica 5,1 17,3 29,8
Sudamérica 8,5 8,8 5,9
Europa 2,2 7,1 19,44
Rusia 10,1 14,5 4,6
Africa 9,4 11,4 3,3
O. Medio 61,7 30,7 7,5
Asia/Pacif 3,5 9,8 28,9
Vemos que Estados Unidos, Canada y Méjico, pero sobre todo Estados Unidos consume más del doble de lo que produce y que sus reservas de futuro apenas son una sexta parte de ese mismo consumo. Peor lo tiene dentro del gran marco de Asia-Pacífico el hoy castigado Japón, que puede representar los datos del cuadro, con un consumo que triplica la producción y que multiplica por nueve la cifra de reservas.
En el lado contrario están justamente los países de Oriente Medio, con Arabia Saudí y Kuwait a la cabeza: producen el treinta por ciento, consumen una cuarta parte de esa producción y cuentan con más del sesenta por ciento de las reservas del mundo. Los desequilibrios son manifiestos, a los que habría que sumar los que se traducen en el ámbito de las compañías que extraen, transportan, transforman y venden los productos derivados del petróleo y a dónde van a parar los beneficios y rentas que producen.
¿Quién lo tenía mejor a corto y medio plazo?, ¿quién estaba mejor equilibrado en cuanto a las tres variables a fecha de 2022?. La respuesta es fácil: Rusia. Consumía menos de lo que producía y sus reservas eran y son del doble de lo que está gastando. Tiene un buen margen para crecer con sus propios recursos. Sus problemas, como ya se demostró con su presencia y deseo de control en Afganistán o como aparecen hoy en Ucrania y en alguno de los países que antes pertenecían al área de influencia de la desaparecida Unión Soviética, en la distribución, en los medios de que ese producto energético que exporta junto al gas llegue a través de los oleoductos y gasoductos a Europa Occidental. Pensar o intentarlo con criterio propio ayudan y mucho a entender a quién beneficia y a quién perjudica la voladura del gasoducto Nord Streem y la rotura o voladura de la presa de Nova Kajovka y sus efectos para los próximos veinte años.