No ha llegado todavía a La Moncloa, pero Alberto Núñez Feijóo está mostrando ya su carácter gallego que está saliendo a la luz en cada una de las “no instrucciones” que imparte a los barones regionales a la hora de buscar soluciones para gobernar en las Comunidades donde el PP no ha logrado la mayoría absoluta. “Ni sí ni no, ni todo lo contrario”, frente a las tesis madrileñistas de Isabel Díaz Ayuso de ir al encontronazo con Sánchez y con Abascal. ¿Se repetirá la historia de las relaciones entre Rajoy y Esperanza Aguirre?
Las encuestas le estaban diciendo a Feijóo que los pactos con Vox en Valencia no le estaban perjudicando la campaña electoral para las generales del 23-J, pero si le han creado problemas internos en su propio partido después de que una desconocida, María Guardiola, se negó ya en plena campaña de las autonómicas a pactar con el candidato de Vox en Extremadura.
¿Podía haber actuado antes Feijóo y haber dictado unas normas claras tanto para Carlos Mazón en Valencia como para Guardiola en Extremadura? ¿Podría haber enviado a alguno de sus jefes de campaña a poner orden en las Comunidades a la hora de pactar?. Podría, pero ha preferido dejarles hacer y ahora solo le queda intentar explicarlo.
Feijóo, como ocurría con Rajoy, a quiénes más pone nervioso no es a la oposición, sino a sus propios colaboradores que tratan de poner orden en la estrategia de su jefe, que en realidad no existe y que seguramente como le pasó a su antecesor acabe, sin que se sepa por qué, por darle victoria en las elecciones. Se cumpliría así la máxima electoral de que nadie gana los comicios, sino que en realidad es el opositor el que pierde, en este caso Pedro Sánchez.
En el PSOE, la estrategia electoral casi siempre ha sido la contraria, la de ir a por todas, tanto a su derecha como a su izquierda. Ni una sola vez, desde Felipe González hasta Zapatero, los gobiernos socialistas aceptaron darle a Izquierda Unida un ministerio … hasta que Sánchez no tuvo más remedio que ceder ante Pablo iglesias. Una vez resuelto el problema, el líder del PSOE ha vuelto a dar palos tanto a su derecha, el PP, como a su izquierda Podemos, Sumar.
Es curioso que en todo este debate del PP con Vox no haya aparecido públicamente ninguna mención al oráculo popular, José María Aznar, responsable de dar al clan gallego el poder en el partido y cuyos encontronazos dialécticos con Rajoy fueron frecuentes, eso si, sin que la sangre llegase nunca al río. ¿Qué piensa Aznar de los pactos con Vox?