NACIONAL

¿Se arrepentirá Sánchez de no haber perdid el 23-J?

Rafael Gómez Parra | Jueves 27 de julio de 2023
El Sistema, como descubrió Mario Conde tras ser defenestrado y aniquilado de la noche a la mañana, es poderoso y siempre acaba por salirse con la suya. Nadie sabe con exactitud que es el Sistema, pero a bote pronto se trata de una amalgama de grandes capitalistas, lobbys poderosos que se mueven en las sombras, la Iglesia siempre presente en España, políticos, jueces, abogados, periodistas, publicistas y todo un conjunto de personas que trabajan para mantener eso que los americanos llaman el stablishment.

Dicen que en realidad los hombres y mujeres que está en la cúpula del Sistema están contentos con Sánchez, que nunca los bancos o las eléctricas han ganado más y que hasta la equivocación del diputados del PP que permitió la aprobación de la reformita laboral fue una demostración del poder del Sistema frente a un Feijóo que se negaba a aceptarlo.

Puede que sea así, pero toda la campaña de encuestas y noticias que daban por segura la victoria del PP indican que en el Sistema se contaba ya con un Feijóo en la Moncloa, lo que significa que a Sánchez le va a costar cumplir su nueva legislatura, si finalmente convence a Puigdemont de que su partido se abstenga en la investidura, no solamente porque va a tener un gobierno en minoría con solo 153 escaños seguros, sino que va a tener que lidiar con todas las Autonomías en manos del PP, excepto Asturias, Castilla La Mancha, Euskadi y Cataluña.

Cualquier movimiento que haga el nuevo gobierno de Sánchez será examinado con lupa por los hombres y mujeres del Sistema y si el dirigente socialista no se rinde, peor para él. Felipe González así lo entendió en 1996 y prefirió irse. El propio Sánchez vió la dureza del Sistema cuando le defenestraron en 2016 por negarse a permitir la investidura de Rajoy. Cuando volvió a dirigir el PSOE ya sabía a qué atenerse.

Las relaciones de Sánchez con el imperio norteamericano son buenas aparentemente y seguramente ha vendido a Biden el control de un Podemos y una Izquierda Unida que antes eran anti OTAN y que ahora han abandonado esa bandera como la del apoyo a los saharuíes. La líder de Sumar no ha dedicado ni una sola palabra en sus mítines para hablar de esos temas. Incluso en su lista por Madrid lleva como número dos a un diplomático claramente pro marroquí, pero si la Casa Blanca acaba reclamando más apoyos de España para sus planes internacionales puede acabar teniendo problemas con los restos de Podemos y de Izquierda Unida.

En resumen, los dilemas y los problemas con los que va a tener que lidiar Pedro Sánchez a partir de ahora van a ser muy peliagudos, cualquier equivocación le puede costar muy caro y quizás algún día se arrepienta de haber resistido tanto. Ahora los poderosos enemigos no se ven, pero existir existen.


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