La economía crece a un ritmo considerable (4.9% anualizado) al tiempo que continua la desaceleración de la inflación. “¡Niño!, deja ya de jo… de jugar con la pelota”. Eso es lo que cabe esperar el miércoles, día de Todos los Santos, que la Reserva Federal deje las cosas como están, que bastante bien va todo como para ponerse a enredar.
APARTARSE POR UN TIEMPO
Volviendo a EE.UU., no es fácil que en el cuarto trimestre el reloj vuelva a dar tan finamente la hora. En el tercero, las pilas del estímulo fiscal todavía tenían carga y el freno de la política monetaria no estaba aún al máximo. En el último trimestre del año será difícil que todo pinte igual de bien. No será ninguna catástrofe, pero no podrá tampoco repetirse lo del tercero. Ni el consumo ni el gasto público podrán mantener el ritmo, los tipos de interés se dejarán sentir aún más, y el crecimiento se moderará.
Quizá lo compense en parte la inversión y el alza de inventarios, pero en todo caso, si la inflación no da sorpresas negativas, y no parece, lo más probable de momento, es que también la Reserva Federal decida apartarse por un tiempo y ya se verá después, pero que tampoco ha de ser muy malo, porque ya llevamos tres meses seguidos de mejora consecutiva del PMI manufacturero. En su gemelo en Europa, lo que podemos celebrar es que, al menos, el reloj no va para atrás, y el ritmo de deterioro que llevábamos desde enero, se detuvo al llegar el verano y se resiste a ir a peor.
SERÁ POR DINERO
La buena fortuna es que el consumo, aunque obviamente se está moderando, aguanta. Incluso hay donde sube. Según hemos conocido el viernes, el crecimiento intertrimestral del 0.3% en España (1.2% anualizado si lo queremos comparar con el 4.9% de EE.UU.), tiene en el +1.4% intertrimestral del consumo de los hogares (+0.9% en el segundo), su puntal más destacado, y vuelve a recuperar crecimiento la industria manufacturera (0.8% vs -1.1% el trimestre anterior).
Sobre el empleo ya habla maravillas el Gobierno en funciones tras la publicación de la EPA, pero para moderar su entusiasmo, recordémosle que el sector privado no ha llegado todavía al número de ocupados que había hace 16 años (justo antes de la Gran Recesión) y que es el crecimiento de ocupados en el sector público el que explica el récord de ocupación. Como dice el clásico “será por dinero”.
Con el permiso de los “vigilantes de bonos” que, tras derribar al gobierno británico antecesor del actual, no dejan a nadie dormir del todo tranquilo (con razón) y siguen muy de cerca los avatares fiscales de EE.UU., también de Italia para no irnos tan lejos, no todo pinta tan mal como podría deducirse al leer la prensa salmón. No es que estemos para fiestas, pero a ver si el euro se entera un poco y, a pesar del BCE, logra de cara a final de año levantar un poco la cabeza y mejora el 1.0666 con el que lo empezó. ¡Ánimo, que tú puedes!