Si desde el Partido Popular se insiste en el tema de la amnistía y las acusaciones de entreguismo por parte de Pedro Sánchez el fugado Carles Puigdemont es porque sus análisis le dicen que es el mejor de los instrumentos para mantenerse en el poder de la Xunta, y que debería mantener esa estrategia hasta el mes de junio, con los matices que proporcionen la verdad de las urnas y las diferencias que existen entre Galicia y el País Vasco. La utilización de la televisión públicas es un ingrediente más, en competencia juvenil con las redes sociales.
Con la izquierda dividida en cuatro ofertas - lo que desnivela la ventaja de la concentración de voto - y el bajón electoral de Vox en el lado de la derecha, al Gobierno de Sánchez y Yolanda Díaz sólo les queda como respuesta el ofrecimiento de nuevas inversiones y el apoyo social a los ciudadanos esos favorecidos. Al PSOE le estorba Sumar y a Sumar le estorba Podemos en ese espacio común. Todos ellos le estorban al nacionalismo del Bloque, en el que las reivindicaciones de carácter histórico identitario están por encima de las ideológicas.
Otra vez, las empresas consultoras privadas pronostican lo contrario de lo que afirma la encuesta del oficial CIS. Veremos quien se acerca más a la realidad. Si el PP revalida su poder, aunque sea con menos diputados en el Parlamento gallego, Alberto Núñez Feijóo se inclinará por mantener su discurso contra el independentismo catalán, pero intentará un acercamiento al PNV, al igual que lo intentará con una buena parte de la derecha económica y financiera de Cataluña. Galicia se convertirá en un paso, tan sólo un paso, en su largo camino hacia La Moncloa.
La mayoría de las veces el tiempo atmosférico en España cambia por los aires que legan por el Atlántico y luego se extienden por el resto del país. Parece que al tiempo político le va a pasar lo mismo. La lluvia que necesitan los embalses es similar a la lleva que necesitan los partidos. Y no siempre llueve a gusto de todos.