SOCIEDAD

Alberto Garzón y el destino ¿inevitable? de los líderes de la izquierda

Rafael Gómez Parra | Jueves 15 de febrero de 2024

Lo de Alberto Garzón y su abortada entrada en el despacho del lobby Pepiño Blanco, ex ministro de Fomento de Zapatero es la historia de muchos del lo dirigentes del PCE y de Izquierda Unida que acabaron fichando por el PSOE. Cuando tocas la riqueza y tienes salarios de cerca de cien mil euros al año es difícil no ceder a las tentaciones que te ofrece el Sistema capitalista.



La mayor parte de las veces es el dinero lo que busca el político de izquierdas que se vende, en otros casos es el poder o al menos seguir perteneciendo a eso que Pablo Iglesias llamaba la casta. El propio Santiago Carrillo abrió el camino, mientras que su sucesor Gerardo Iglesias tuvo que volver a la mina cuando dejó el cargo.

La diferencia es que el segundo tenía un trabajo digno antes de meterse en política, mientras que Carrillo no sabía hacer otra cosa que política y para eso necesitas estar en algún partido parlamentario con acceso fácil a los salarios públicos.

Se quejan, cínicamente creo yo, sus colaboradores más estrecho en Izquierda Unida, de la “traición” de Garzón a sus principios, pero la realidad es que el ex ministro de Consumo, ya había demorado sus veleidades políticas cuando dejó en la cuneta a Podemos para irse con Yolanda Díaz, que es la que le permitiría después seguir en el machito, ya que Unidas Podemos poco podría darle ya.

El destino de Yolanda misma hace tiempo que está cantado y si no termina en el PSOE será porque no se lo ofrezcan, pero es fácil que siga el camino de Cristina Almeida, candidata socialista derrotada a la Comunidad de Madrid, o de Rosa Aguilar, la número dos de Anguita, que acabó siendo consejera de la Junta de Andalucía con el PSOE.

Es verdad que en el PSOE no caben todos los dirigentes de Izquierda Unida, pero es el camino natural cuando entras en el Sistema. ¿Qué puedes hacer si ganas 4, 5 o 10 mil euros al mes y un día te tienes que ir al paro. Humanamente es entendible, pero queda muy feo. Los políticos del PSOE y del PP lo tienen más fácil, siempre hay fundaciones o empresas que les ofrecen una vida cómoda.

Alfonso Guerra no entendía para qué servía el Senado cuando entró en la vida política, pero siendo ya vicepresidente del Gobierno cambió de opinión: “ahora se para qué vale el Senado, cuando tengo que quitar a alguien de un cargo, lo pongo de senador, explicaba a sus colaboradores.

Un día estaba en una conocida cafetería del madrileño Paseo de Pintor Rosales cuando entró muy enfadado, Jaime Lissavetzky, entonces ya un simple diputado, quejándose de que le había quitado seis mil euros al mes su propio partido al relevarle como presidente de una dude lasa comisiones del Congreso. Todo el mundo que le escuchó entendía su lamento.

Ahora los partidos tienen el Senado y la Unión Europea cuando tienen contentar a alguno de sus dirigentes. Si no consigues entrar en la selección y finalmente te mandan al paro solo queda quejarse amargamente o incluso que en tu familia te llamen tonto por no haber sabido aprovechar la oportunidad.

Existen también casos heroicos de políticos que siguen manteniendo sus principios y que cuando les relegan o les echan de sus partidos se buscan la vida mucho más honradamente. me viene a la mente el nombre de una de las principales colaboradoras de Anguita, Nines Maestro, una de las principales animadoras de la Marea Verde. Ya lo dice el refrán, “Pobre pero honrada”.