Referencia el artículo un estudio reciente de la FED que sugiere que el golpe económico de un fuerte pico de incertidumbre se desvanece pasados unos meses. Concluye preguntándose que es lo que queda del término Policrisis, acuñado por el Foro de Davos en 2023 y referido a cuando anticipaba un escenario marcado por la crisis climática, la escasez de recursos naturales y la degradación de la cooperación internacional.
“RECALCULANDO”
Cuando han pasado siete semanas de este año, algunas cosas han cambiado respecto a lo que se aventuraba otras siete semanas atrás. Los mercados entraban en 2024 con grandes expectativas de fuertes recortes de tipos, provocando significativas caídas de los rendimientos de los bonos y un marcado retroceso del dólar en la parte final del cuarto trimestre de 2023.
Los inversores han tenido que ajustarse a una reevaluación de su calendario, lo que ha provocado una corrección parcial de estos movimientos en lo que va de 2024. La razón principal está en el mensaje de la Reserva Federal y de otros grandes bancos centrales. Ahora señalan que, aunque efectivamente adivinan el camino hacia recortes de tipos conforme avance el año, necesitan más datos para reforzar su convicción de que el genio de la inflación ha vuelto definitivamente a su lámpara.
Los indicadores adelantados de crecimiento -los PMI mundiales- están mejorando; y los índices de sorpresa económica (ESI) de la mayoría de los mercados en los grandes países desarrollados lo están haciendo también, y ya se sitúan en territorio positivo en 2024.
La firmeza con la que se está comportando la economía norteamericana y una evolución favorable de los mercados financieros en Europa, a pesar de su práctico estancamiento económico, están detrás. En el último mes apenas hay diferencia en los avances de los dos grandes índices bursátiles norteamericano y europeo: un 4.75% en el primero y un 4.22% en el segundo.
NO NOS EQUIVOQUEMOS
Atendiendo a los índices de sorpresa económica -no olvidemos que el papel de los mercados es descontar el futuro y se mueven a la par que ajustan ese descuento-, los del G10 apuntan claramente al alza y la debilidad que mostraban los correspondientes a los mercados emergentes, está quedando atrás. Se podría argumentar entonces que la economía mundial está en proceso de "reacoplarse", y no a la baja, que era la imagen que ofrecían los datos a finales de 2023, sino al alza.
Todo esto explica, en cierta medida, por qué la renta variable mundial se ha encogido de hombros ante el retraso en el recorte de tipos y la recuperación del dólar, cuya fortaleza en general se considera un detractor del crecimiento mundial y se interpreta como síntoma de "aversión al riesgo".
Pero no nos equivoquemos, es la fe del mercado en unas perspectivas de inflación benignas lo que, en última instancia, constituye la clave para mantener este sentimiento y el riesgo de que “algo se rompa” no hace sino aumentar conforme los rendimientos de los bonos vuelven a subir, el dólar se aprecia y la curva de rendimientos reales se invierte. Para llegar a buen puerto en un escenario de caos, no solo hay que estar vigilantes, es preciso saber hacia dónde hay que mirar.