Mayores o menores dosis de cada una de ellas producen resultados sociales muy distintos. La perfección estaría en el triángulo equilátero, los tres lados iguales, los tres ángulos regulando el flujo y los deseos expansionistas inevitables de cada lado. Tres ángulos agudos que evitan el dominio de uno sobre otros.
La unión de dos de ellos iguales y otro más pequeño se asemeja a la punta de una lanza o de una flecha. Es fácil comprobar ojeando la historia que en este caso la seguridad y la justicia, amparándose o basándose en su aparente igualdad reducen el tamaño de la libertad, que sin embargo sirve de apoyo a los dos ángulos del binomio, mientras el suyo se hace más pequeño, tiene menos grados.
Con los tres lados desiguales ha escrito la historia del mundo la mayor parte de sus páginas. Cuando eso ocurre y la libertad ( por poco tiempo) es el lado más largo llamamos a ese periodo Anarquía; cuando es la justicia la que ocupa ese espacio, aparece la Eunomía, basada más en la bondad humana que en el orden real que intenta regular los conflictos. Todo lo vivido durante los últimos cinco mil no nos va a servir para los próximos cien.
El papel de la ciberseguridad, que es un concepto económico basado en una herramienta es hoy establecer ese triángulo equilátero que logre que cada uno de sus ángulos sea de 60 grados, que la visión que tengan los ciudadanos del Hipermundo que ya hemos creado sea la misma y que los 3 conceptos se apoyen y vigilen de forma permanente.