NACIONAL

Milei y Abascal atacan sin compasión a Sánchez y Feijóo

Raúl Heras | Lunes 20 de mayo de 2024
El presidente argentino se siente a gusto en el cuerpo a cuerpo. Lo demostró durante su campaña electoral y lo viene demostrando desde que ocupa la Casa Rosada. En menos escala, a Santiago Abascal le ocurre lo mismo.La diferencia está en el territorio y en la posición electoral de cada uno. Javier Milei ganó con mayoría absoluta en su país tras las malísimas experiencias que tenían los argentinos con la corrupción de sus gobiernos, tanto de la derecha conservadora como de la izquierda socialdemócrata.

Ofreció el mandatario con más patillas en el mundo de la política (con permiso de su compatriota Saúl Menem que gobernó durante diez años) la “motosierra” como elemento de cambio y es exactamente ese instrumento el que se ha traído a Europa para alegría de sus socios en pensamiento, palabra y obra. Le da igual que sea Giorgia Meloni que Marine Le Pen o Victor Urban. Si tiene que llamar satánico al Papa se lo llama en campaña y luego corre a besarle la mano al Vaticano. Es la nueva política. Y ha encontrado en Santiago Abascal al mejor de sus discípulos. Verbo duro y directo contra los bipartidismos y, en el caso del español, contra la “derechita cobarde” que encarna Alberto Núñez Feijóo. Con los papeles aprendidos, la escenificación en la cumbre madrileña tenía todo para triunfar ante un público dispuesto a aplaudir ante cada palabra, ante cada insulto, ante cada descalificación de los adversarios.

Al líder argentino le da igual que le reciban bien o mal. Es más, prefiere lo segundo. Si le lanzan una “pedrada”, tal y como hizo de forma insensata e injustificada el ministro Oscar Puente, el responde con una enorme roca dirigida de forma directa al presidente del gobierno español, a su mujer, al socialismo y a todo aquel que se cruce en el camino. Era la estrella invitada, a la que Abascal presentó como “ el león que estaban esperando” y el león rugió. Volverá en junio a recibir un premio y sin hablar ni con el palacio de La Moncloa, ni con el de La Zarzuela. Con el primero ni quiere, ni puede; con el segundo, posiblemente, no le dejan desde el primero.

La respuesta de Pedro Sánchez, a través del ministro Albares es tan tímida como previsible. La retirada de la embajadora española en Buenos Aires es casi una broma, de la misma forma que lo es la intervención de Josep Borrell en nombre de la Unión Europea. Lo real, lo verdadero es lo que hicieron el grupo de quince empresarios encabezados por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Todos con intereses en Argentina que iban a defender sus inversiones y a esperar algún que otro regalo con las futuras privatizaciones que ha anunciado Milei. Iban bien acompañados por Alonso Aznar Botella, colocado en la segunda fila de la foto oficial que se hicieron en la embajada, el hijo pequeño de José María Aznar, que espera crecer en Hispanoamérica con su fondo de inversiones Zara Capital y la inestimable ayuda de su suegro mexicano, Pedro Collado, uno de los ricos del país azteca y socio de una de las familias más ricas de ese país, los hermanos Chidraui. Al final, los expresidentes siguen la misma senda al otro lado del Atlántico.

De la crisis diplomática se saldrá y habrá que ver que efecto tiene la convocatoria de Abascal en las elecciones europeas dentro de tres semanas. Vox se juega mucho tras su descenso electoral, salvo en Cataluña. Su gran rival no es Sánchez, ni el socialismo, su contrincante a batir es el PP de Feijóo. Por eso, mientras en Madrid, la fiesta congregaba a la Europa que está en contra de la mayoría de las medidas que defienden los gobiernos de los 27 estados; en Malaga el presidente de los populares intentaba captar el voto del campo español. En Madrid, para que no faltara de nada, mientras unos les “ atizaban” a Sánchez y Feijóo, la izquierda colocaba a la presidenta Díaz Ayuso en el centro de sus ataques, con la sanidad como eje de sus denuncias. Así llevamos desde hace un año y no parece que vaya a parar.


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