ECONOMIA

Alejarse del ruido

José Manuel Pazos | Viernes 31 de mayo de 2024
El hecho de que la economía norteamericana esté ofreciendo síntomas incipientes de moderación del crecimiento está dando entrada de nuevo a los teóricos de la recesión. La narrativa clásica de acción/reacción vincula el discurso y decisiones de los bancos centrales, a la evolución de los precios que se cruzan en el mercado. Así, si los tipos van a subir o a bajar, entonces bla, bla, bla… Podríamos responsabilizarlos de la volatilidad que resulta de lo que dicen y hacen. Pero también lo contrario; que son los propios mercados los que, buscando anticiparse a cambios de criterio y discurso de los bancos centrales, generan esa volatilidad.

DEPENDIENTES DE LOS DATOS

Entramos de lleno en la Teoría de la Reflexividad con su visión dinámica y no lineal de los mercados financieros, que estarían así en un desequilibrio constante, consecuencia de acciones y reacciones de todos los partícipes, y donde son las expectativas y percepciones las acaban por determinar la evolución de los precios y la propia marcha de la economía.

Desde el comienzo de la pandemia, las economías se están comportando de forma inusual, alejándose de las reglas del ciclo económico clásico. Lo interpretamos como consecuencia de cambios importantes en los patrones de gasto e inversión, y de las perturbaciones de toda índole en la oferta, a lo que asociamos imprevisibilidad y volatilidad, ya no solo en los precios de mercado, sino del crecimiento y de la inflación.

El protagonismo en los discursos de los bancos centrales de su retórica de “dependientes de los datos”, ha acentuado en mucho la sensibilidad de los mercados a cada dato. Así se explica como una leve mejora de la inflación en abril en EE. UU. fue suficiente para dar la vuelta al estado de ánimo que protagonizó el primer trimestre. Hasta qué punto los bancos centrales cuentan con esa respuesta como factor regulador de sus propias políticas, abre otro tipo de debate, pues no en vano estos cambios de ánimo afectan a las condiciones financieras en las que ha de desarrollarse la actividad.

LOS TEORICOS DE LA RECESIÓN

Tiene sentido que los mercados sean especialmente sensibles a la evolución de EE. UU. por su papel dominante en el sistema financiero. La Reserva Federal está en el centro y ha habido una evidente reticencia por parte de los demás bancos centrales a apartarse en exceso de sus políticas, con el objeto de poner un “suelo” a sus divisas. Aunque las expectativas de tipos de interés y las sorpresas de los datos macroeconómicos han sido volátiles en otras partes del mundo, han fluctuado más en EE. UU. lo que facilita en buena medida el análisis, al poder centrarlo en lo que proponen sus datos.

El hecho de que la economía norteamericana esté ofreciendo síntomas incipientes de moderación del crecimiento, está dando entrada de nuevo a los teóricos de la recesión, que tanto abundaban a finales de 2023. La duda que introducen es que la dependencia de los datos hará que la Reserva Federal llegue tarde, precipitando un fuerte recorte de tipos en 2025 si las condiciones se deterioran con rapidez. Tengamos en cuenta que no hace más de unas semanas que el presidente de la Reserva Federal dejó entrever que un alza de tipos no estaba en el guion.

Estamos en un entorno incierto, y en entornos así, los banqueros centrales tienen tendencia a comportarse con inercia. Respiran aliviados cada vez que los datos responden a su discurso de una inflación que se modera y un crecimiento, que, con más o menos tropiezos, está alejado de una recesión. El mejor consejo que puede darse es intentar ver un poco más allá del ruido que cada dato genera a corto plazo.


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