Ayuso lee ha “robado”, tal vez sin querer del protagonismo a su jefe. Era inevitable, es inevitable y seguirá siendo inevitable. La presidenta madrileña concita en su persona todo lo mejor y lo peor de la derecha española. Es brutal en sus ataques al Gobierno de Pedro Sánchez y a la izquierda en general. Es directa, demasiado directa muchas veces, en el empleo de los adjetivos. Es apasionada, irreflexiva, no hay colores intermedios: azul o rojo. En apenas cinco años ha pasado de desconocida a concitar los mayores elogios y los mayores ataques dentro de la política y la sociología hispana. También en el exterior.
Ayuso es más conocida en Estados Unidos que el propio Feijóo y a distancia sideral del resto d elos dirigentes populares. A Ayuso se la quiera o se la odia. No deja indiferente a nadie. Tiene, además, una cualidad política envidiable, algo que le hace semejante a Pedro Sánchez: si se equivoca, primero lo niega y al momento siguiente lo cambia. Sufre mutaciones política en cuestión de segundos pero nunca deja de mantener la misma dirección: contra el presidente del Gobierno a muerte y sin concesiones. Es junto al presidente andaluz, Juanma Moreno, la única que ha conseguido mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de hace un año y no necesita de los apoyos de Vox. Para Santiago Abascal, la mujer que manda en la Comunidad desde el sillón de la Puerta del Sol, es el peor de los enemigos posibles, por encima de la propia izquierda.
El instinto político que Díaz Ayuso aprendió desde su cercanía a Esperanza Aguirre, primero, y a Cristina Cifuentes, más tarde, le llevó a que Pablo Casado la eligiera para la casi imposible tarea de impedir que la izquierda regresara al poder en Madrid. Lo consguió, al igual que también lo consiguió el alcalde José Luís Martínez Almeida. Entre los dos han cerrado el paso a las alternativas de la oposición, tanto del PSOE como de Sumar y no parece que en estos tres años que quedan para la nueva cita con las urnas la situación vaya a cambiar. La pregunta que dentro del Partido Popular se hacen, al igual que se la hacen todos sus votantes, es muy directa: ¿ si Núñez Feijóo no gana en las próximas elecciones generales tenemos otra alternativa que no sea Ayuso?