El mercado ha ido ajustando sus pronósticos a la nueva información, y después de llegar a acercarse a descontar un recorte de medio punto tras la minicrisis de principios de agosto, las expectativas se han moderado y se descuenta ahora un recorte de un cuarto. Eso es lo que ahora está en los precios de mercado. La decisión final se conocerá el miércoles al final del día en Europa. Conforme nos acerquemos al momento, las dudas sobre un recorte mayor irán en aumento y eso pesará en las cotizaciones de todos los activos. También en el dólar.
POR TRIMESTRE Y POR REUNIÓN
Del mismo modo que en el euro apenas tuvo incidencia inicial el anuncio del jueves del BCE del recorte de 25 pb al 3,50%, pero sí se dejó notar la rueda de prensa posterior de donde se deduce que el ritmo de los próximos recortes será más por trimestre que por reunión, la influencia de la reunión de los norteamericanos esta semana puede también venir del discurso que seguirá al anuncio de la decisión.
Se espera que la FED confirme la expectativa de un recorrido más claro a la baja, traducido en recortes de un cuarto de punto reunión tras reunión, a salvo de dos factores, el resultado electoral (la siguiente reunión tiene lugar el 6 de noviembre, día siguiente a las elecciones), y de la evolución de los mercados. Una victoria republicana podría obligar a replantear el recorrido, consecuencia sobre todo de las amenazas arancelarias, y cualquier asomo de crisis en los mercados, a acentuar las expectativas de recorte.
Encauzada temporalmente la inflación, el banco central norteamericano está centrado en el empleo y por tanto en la demanda. La riqueza financiera la marcan los mercados, y un deterioro súbito, como aconteció en agosto, se traduce sin demasiado retraso en un replanteamiento de las decisiones de gasto e inversión.
NO SERIAN BUENAS NOTICIAS
Hacer un recorte preventivo mayor al descontado, inmediatamente sería interpretado como señal de que la situación económica es más grave de lo que se percibe y podría provocar aquello que pretende evitarse. No serían buenas noticias para nadie, y sin duda sería criticado por los republicanos, que incluso podrían dificultar, todavía en mayor medida, la ampliación del techo de deuda que será necesario acordar a finales de este mes. No merece el riesgo. Los tipos de interés han subido tan aceleradamente que difícilmente cambiaran significativamente las condiciones de crédito que han de afrontar particulares y empresas en 2025 en la renovación de sus condiciones.
Estima The Economist que los bonos de la típica empresa estadounidense no financiera con calificación BBB que vencen en 2025 tienen un tipo de interés medio del 3,8%. Si se mantienen las expectativas actuales, les exigirán un tipo de interés cercano al 6% cuando vuelvan a emitir. Si fueron lentos en la subida, mejor que no cambien ahora el paso en los recortes. Despistarán a todos, y eso traerá más incertidumbre. Para los ajustes están los discursos.
Una mención final a Brasil. Con mucha probabilidad inicia un ciclo alcista de tipos esta semana. El miércoles el primero, pero vendrán más.