SOCIEDAD

España acomplejada

Diego Armario | Jueves 03 de octubre de 2024

El origen de mi apellido tiene su fundamento histórico en la invasión de España por los franceses según contaba uno de mis antepasados, dueño de una extensa finca y una gran casona, que fue elegida por los invasores como cuartel general y, gracias a unos pasadizos subterráneos mi tatarabuelo espió los planes del enemigo. Como recompensa a sus servicios le pidió al Rey cambiar el apellido Saracedo por el de Armario, mueble a través del cual escuchaba las conversaciones que le sirvieron para ayudar a su patria.



“Si non e vero e ben trovato”, pero el arte de las buenas historias que resultan creíbles y se aceptan como veraces está en la tradición oral que transmitían los bardos, hombres encargados de cantar y contar leyendas de antaño.

Otras historias que circulan en los mentideros y las relata gente imaginativa e ilustrada con vocación de embaucar a los fanáticos sin estudios y sin fronteras con sus panfletos inundan las bibliotecas.

“A propósito de Henri” es una película que cuenta la lucha por saber la verdad de un hombre que sufre amnesia (Harrison Ford), pero la historia sobre la que hoy escribo trata de unos personajes de menor cuantía que odian su país y aceptan como coartada de su propia ignorancia una versión inventada que les sirve para chapotear en su sueño anti español.

No tengo noticia de otra nación que se odie tanto a sí misma como la nuestra. Aún no hemos encontrado el antídoto que impida que media España no sepa convivir con la otra mitad y tenga como proyecto destruir una y otra vez nuestra propia historia.

Me parece de chiste de ignorantes y avinagrados, la versión de López Obrador sobre la conquista de Méjico por Hernán Cortes , pero en cambio observo con absoluta naturalidad el entusiasmo anti español de los charnegos , gabachos e incluso andaluces que brindan en favor de que pidamos perdón por toda la riqueza cultural y social que nuestros antepasados dejaron allá.

Acertó quien dijo en inglés que “España es diferente” porque descubrió que nuestro cáncer está en las ideologías, que son la carga que anula la fuerza de las ideas.

Estoy hablando de mi pueblo – España – y la única explicación que se me ocurre es que el número de acomplejado por habitante supera ampliamente a los tontos del haba de otros países. La ignorancia y el odio son un mal cóctel

El otro día escribí que ojalá que el fin del mundo nos pille bailando. Hoy pido algo más: Que no estén en la pista los que tiene podrido el seso sin equis.