Desde que llegó al poder, Pedro Sánchez ha ido dos veces a reunirse con el argentino Jorge Bergoglio, pero sus ministros han triplicado en estos últimos cinco años las visitas que realizaron Mariano Rajoy y sus equipo. Al margen de la condición de embajadora en la Santa Sede de Isabel Celaá tras ser ministra de Educación, están las tres de Felix Bolaños, las dos de Yolanda Díaz, y las de Salvador Illa, Nadia Calviño, Oscar Puente y Carmen Calvo. Para un Gobierno que se declara laico y aboga por la igualdad entre las religiones no está mal. ;a más exótica de todas estas visitas fue la de la “marxista de origen”, líder de Sumar y vicepresidenta segunda, que llevó un buen manejo de rosarios para que el Papa en persona los bendijera.
En el aire quedará, una vez más, la visita del Papa a nuestro país, que nunca ha hecho mientras realizaba nada menos que 44 desplazamientos al extranjero. Los últimos que vinieron a España fueron Juan Pablo II en cinco ocasiones, y Benedicto XVI en 2011, siendo el Papa que más nos ha visitado. Estarán temas internos De la Iglesia española, como son las inmatriculaciones y los impuestos a pagar por los inmuebles, y la posición de los 10 cardenales que asistirán al próximo Cónclave, una reunión clave para elegir - tras la muerte de Francisco o su renuncia - y entre los actuales 141 cardenales con derecho al voto, al nuevo Papa.
La necesidad del apoyo papal a sus políticas parece evidente, más en estos momentos en los que el acoso interno y externo a su presidencia parece evidente. Con el Congreso Federal a la vuelta de la esquina y con el juez Peinado refrendado en sus actuaciones por la Audiencia Provincial en contra de las peticiones de la Fiscalía y la defensa de Begoña Gómez. Si se suman las nuevas actuaciones contra Koldo, Barrabés y Aldama - con la de Javier Hidalgo en la cuerda floja por ahora - perece que Pedro Sánchez tiene motivos más que fundador para pedir la indulgencia polñitica del Papa Francisco, que incluso puede llegar hasta el independentismo tanto vasco como catalán.