SOCIEDAD

Los mejores 27 segundos imposibles de Navidad con doce protagonistas

Raúl Heras | Domingo 22 de diciembre de 2024
Se habrán reenviado miles de veces en menos de 24 horas y seguirán de protagonistas navideños durante muchos días. Duran 27 segundos los abrazos que se dan diez de ellos y se cierra la evidente broma navideña, realizada con Inteligencia Artificial y mucho ingenio humano, con un beso que sería la portada de todas las revistas, periódicos y web del mundo. El beso del año. Vestidos con esos jerseis que solo se ponen en estas fechas vemos a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo abrazarse y sonreirse, lo que sería todo un gran acuerdo político para alejarse de los juzgados y dedicarse a discutir del paro, la sanidad, las pensiones, las guerras del exterior, la deuda públic, de todo lo que debería ser verdad, pero es mentira, claro. Vemos a la vicepresidenta Yolanda Díaz estrechar entre sus brazos a Isabel Díaz Ayuso, las dos felices a más no poder, un acuerdo de paz entre dos mujeres que sería todo un canto a la trasversalidad, pero es mentira, claro. Vemos al presidente de Vox, Santiago Abascal, y nuevo mejor amigo del esperado y medio, Donald Trump, mirar a los ojos de Gabriel Rufian y lanzar sus brazos hacia los del portavoz de ERC en el Congreso, la derecha más antinacionalista abrazada a la derecha republicana e independentista catalana, pero claro, es mentira.

Cuando parece que los milagros de la Navidad se convierten en reales aparecen Oriol Junqueras, otra vez al frente de ERC tras ganar sus primarias, abrazar fraternalmente a un sonriente Carles Puigdemont, que parece olvidarse de sus coqueteos fiscales con Feijóo, para entregarse como hacen los hermanos pequeños a ese enorme primogénito que quería dejarle fuera de la herencia independentista, pero es mentira, claro.

Sin desánimo, aparece un guiño al cine de Pedro Almodovar y creemos ver que Pablo Iglesias e Iñigo Errejón han dejado muy atrás sus abrazos rotos y están volviendo a lo que fueron sus oprígenes, uno preparando la vuelta desde el frio Estrasburgo de su Amado, y el otro, esperando que le absuevan de sus acusaciones de machismo ultra machista y hasta violento, ambos con los correspondientes jerseis navideños, pero todo es mentira, claro.

La escena final, el climax de la broma navideña, perfecta en su ejecución, hasta en las expresión es de los rostros de los dos protagonistas, de ser verdad podría haber cambiado la historia de España en sus últimos treinta años. Juan Carlos de Borbón y Sofia de Grecia, Reyes eméritos, se miran, acercan sus caras y se dan un suave beso de amor, pero es mentira, claro. Los realizadores del cuento navideño no han querido prolongar esos 27 segundos y es una lástima, quizás.

No han querido entrar en el barrizal de la cotidiana realidad, pero hay que imaginar a José Luís Abalos abrazado a Santos Cerdán; los dos con sus jerseis rojos y blancos con abetos verdes; a Miguel Tellado y a Felix Bolaños, con una fotografía de La Moncloa al fondo, abrazados como dos amigos colegiales, con sus pupitres parlamentarios llenos de papeles rotos; y ya puestos a soñar, que les hubiera costado a los creadores de la fantasía de menos de la mitad de un minuto, colocar a Carlos Mazón abrazado y con lágrima de gratitud en los ojos al ministro Marlasca mientras este le consuela con una de esas sonrisa que sólo saben dar los ministros del Interior. Poner al juez Peinado y al abogado Camacho juntos, sonrientes y navideños ya sería de ganador del Oscar o el Goya al mejor guión. Y las bondades y sueños de estos días no dan para tamaña imaginación, y mira que quien firma todo “United Unknown” (@guerrilavisual) son uno de los mejores especialistas en la sátira política.