El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE está dispuesto a controlar todo el aparato del partido en quince de las diecisiete autonomías. En el proceso de elecciones internas ya ha logrado que sea el alcalde de Soria, Carlos Martínez, el favorito para sustituir en el liderazgo de Castilla y León al dimitido Tudanca. Lo mismo ha logrado en Andalucía con la retirada de Espadas y la casi segura elección de la vicepresidenta María Jesús Montero.
En la Comunidad valenciana será la ministra Diana Moránt la que cumplirá ese papel de liderazgo interno, lo mismo que su compañera en el Consejo de Ministros, Pilar Alegría, en Aragón. Desde el Gobierno se van a colocar a los ministros como punta de lanza para reconquistar todo lo perdido en las nueve Autonomías que tiene el PP en estos momentos. El gran objetivo, casi imposible, echar de la Puerta del Sol a Isabel Díaz Ayuso. No parece que el también ministro, Oscar López, pueda conseguirlo con las únicas fuerzas del PSOE, mientras que en el PP, si hiciera falta, podrán contar con los votos y escaños de Vox y Santiago Abascal.
El principal obstáculo para Pedro Sánchez en el territorio clave de la Comunidad madrileña está en la caída irreparable de Sumar y la falta de margen de Yolanda Díaz. Es esa izquierda fracturada, con la presencia de otra ministra, Mónica Martínez, máxima dirigente de Más madrid para aumentar la dispersión del voto. Los socialistas parten con una enorme desventaja de cara a 2027 y, además, Díaz Ayuso puede adelantar las elecciones si lo creyera oportuno. La conclusión es fácil: Oscar López será otro de los “cadáveres políticos” que la actual presidenta tenga en su vitrina de trofeos, que ya son nos cuantos.
El desgaste de Yolanda Díaz y su proyecto para unificar el voto de la izquierda más radical es cada día mayor. No tiene el apoyo de sus “socios” internos y desde Podemos, tanto Ione Belarra como Pablo Iglesias e Irene Montero harán todo lo posible para que fracase. Así, las posibilidades de lograr victorias en las urnas para el lider del PSOE se centran en aquellas Comunidades que gobierna, con María Chiite en Navarra, Adrían Barbón en Asturias, y Emiliano García Page en la Comunidad de Castilla la Mancha. En el resto las dificultades aumentan por el mantenimiento del voto del PP y la subida de Vox. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, mantiene su control en Baleares, al igual que el ministro Angel Victor Torres en Canarias, y habrá que ver si Pilar Alegría lo consigue en el Aragón que tuvo en Lambán su mayor discrepante con la política del presidente.
En Cataluña, la victoria de Sálvador Illa, le permite un gran margen de maniobra ante un independentismo enfrentado entre el Junts de Puigdemont y la ERC de Junqueras, mientras que es más fácil la subida de Vox en ese territorio que el mantenimiento de la “pequeña victoria” del PP con Alejandro Fernández, que sigue sin tener el apoyo de Feijóo y su equipo más directo.
Los imprevistos se producirán en Murcia, con José Vélez, y en Cantabria, con la lucha hasta el final entre Pablo Zuluaga y Pedro Casares. Para organizar todo este puzzle de interés, ambiciones y estrategia política, Sánchez confía en Santos Cerdán, el secretario de Organización al que le puede golpear en cualquier momento alguno de los coletazos de las investigaciones judiciales en torno a Koldo, Avalos y Aldama.
Si al final de este año que acaba de empezar, Pedro Sánchez mantiene el control del partido, sale herido pero no muerto del infierno judicial en el que está, y logra que sus relaciones con la nueva Norteamérica de Donald Trump sean mejores que las que tuvo con Jose Biden, dentro de una Europa que ya está cambiando a grandes zancadas, puede que hasta se presente de nuevo para ganar. El tiempo juega a su favor y ya ha demostrado que es capaz de mantenerse en La Moncloa con 120 escaños.