Las declaraciones de Pilar Alegría o del ministro Albares no oscurecen el alegato de Sánchez contra el nuevo poder tecnopolítico que representa Trump y su lista de mega millonarios, a los que les ha ofrecido en menos de 24 horas, una inversión pública de 500.000 millones de dólares para desarrollar aún más y más deprisa la Inteligencia Artificial, el auténtico poder militar del siglo XXI en el que compite con China y, en segundo plano con la todavía discreta India.
Si el presidente del gobierno insiste en Davos en su intención de liderazgo opositor a Washington, la amenaza de Trump puede colocar a nuestro país en una situación muy difícil. Europa termnará por ceder a la presión de Estados Unidos para que invierta más en armamento y gasto en la OTAN, sin que ni Francia, ni Alemania, ni Italia, ni Polonia, ni el resto de los países vayan a ayudar a nuestro país. Primarán los intereses particulares, con el añadido de que en Alemania las elecciones generales pueden afianzar el giro a la derecha dura que ya se dió en Italia y se acaba de dar en Austria.
Ayuso es mucho más rápida que Feijóo, Tellado y Gamarra juntos. Lo ha vuelto a demostrar. Ha visto a Santiago Abascal en la toma de posesión de Trump junto a Meloni, Orban y Milei. No había nadie más que pudiera representar a la derecha española. Ella se ha ofrecido de forma directa, sin dudarlo, pese a los problemas de segimiento, robo de ordenadores y entrada en los domicilio de los abogados que defienden a su pareja. Eso es política de juzgados, pequeña política, nada que ver con lo que va a ocurrir en el mundo durante los próximos cuatro años. Conseguir el mismo nivel de Abascal o, al menos acercarse, es un movimiento táctico que hace que Ayuso sea mucho más que la presidenta de una Comunidad pequeña como es Madrid pero con el liderazgo que la convierte en motor del resto de España.
Mientras Feijóo y el grupo dirigente del PP de la sede central de la calle Génova se afana en acercarse a Junts, con olvido de todo lo dicho sobre Puigdemont durante los últimos años, y al PNV creyendo que Ortuzar iba a dejar la presidencia del EBB y que Urkullu podría ganarle la sucesión a Esteban, la presidenta madrileña ha entendido que las disputas inmensas de este país no eran lo importante, que los cambios de interlocutores van a ir desde el seno de la Casa Blanca al nuevo responsable de la política exterior norteamericana, el senador de origen cubano, Marco Rubio, a quien las bases militares de USA en nuestro país y su posición de cara a Oriente Medio y Africa, le importan y mucho ,pero que sabe que están seguros tras la firma de los últimos acuerdos y ampliación de la capacidad militar de las mismas. Y, por si se olvida el ministro Albares en sus consejos, Marruecos es tan aliado de confianza como España o más.