Habrá que buscar otra explicación que no sea la de los quinientos millones por la que habría que pagar, a una media del 20% , veinte millones. Si algo necesita el presidente del Gobierno es una batalla dentro del Gabinete por esa minúscula cantidad. Lo que necesita de cara a las futuras elecciones del 2027, como mucho, es que la izquierda que tiene a su izquierda no se hunda, que los 31 escaños que tiene en el Congreso al menos se mantengan y no se desplomen; y que la figura de Yolanda Díaz sea la que aglutine los votos y los escaños frente al rebelde Podemos de Ione Belarra,Irene Montero y Pablo Iglesias. Jugar a poli bueno y poli malo, con la narradora Pilar Alegría sentada frente a los periodistas es una de las peores ideas que hayan salido desde La Moncloa, por lo vista que está esa escena en cientos de malas películas de Hollywood.
Es mejor actriz la ya lider del socialismo andaluza y futura candidata autonómica para enfrentarse al popular Juanma Moreno y el papel de mala de la película le encaja como un guante, sobre todo por ser, además, la cara que vemos todos los españoles a la hora de pagar nuestros impuestos. Actúa con igual pasión desde su asiento en el Congreso que en los mítines de su partido o en las arengas a las puertas de la sede central del PSOE en la calle Ferraz. La mujer y dirigente política que mejor la conoce, Susana Díaz, que fuera su jefa en Andalucía, hasta defendería su candidatura a un Goya de la Academia española.
En el lado opuesto, la dirigente de Sumar, tendría complicada la nominación a mejor actriz de reparto, bien es cierto que su papel es más complicado de mantener a lo largo de toda una Legislatura, con 28 grupos y tendencias dentro de esa especie de Camarote de los Hermanos Marx que se ve obligada a padecer todas las semanas, sin que su fiel Urtasun le ayude en el papel de liderazgo.