Martes 21 de octubre de 2014
Desde que leí la novela de Cervantes hasta hoy no se me había ocurrido que los ” Duelos y quebrantos ” además de ser una “olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos”,...
... pudieran tener algo que ver con las tarjetas Black de Caja Madrid. Como los directivos de la Caja habían decidido ocultar a Hacienda el dinero que iban a usar un grupo de 86 privilegiados decidieron que la pérdida de ese dinero opaco la imputarían a un concepto bancario llamado “quebranto” que es donde van los impagados que el banco asume como pérdidas, pero una vez descubierto el pastel – que incluso la empresa Deloitte había ignorado en sus auditorías- ha llegado el momento del duelo por parte de algunos consejeros que quieren darnos a entender que no sabían que estaban actuando en la esfera de la ilegalidad al utililizar de forma y indiscriminada ese dinero que gastaban sin control en todo lo imaginable. Hoy no quiero insistir en ese asunto que hiede, sino en la reacción de algunos de los usuarios de las tarjetas, que se han dado por ofendidos, especialmente Arturo Fernández. Quiero recordar para evitar confusiones que hay dos Arturo Fernández famosos en España. Uno es un actor y empresario que se gana honradamente la vida haciendo funciones de teatro y el otro es un señor muy conocido por dar comidas en sus restaurantes, y que tiene tiempo de ser Presidente de la patronal madrileña y vicepresidente de la CEOE además de Consejero de la antigua Caja Madrid. Pues bien, en este feo asunto me refiero al dueño de restaurantes, que en vez de dar explicaciones las ha pedido y además se ha mostrado engañado y dolido como si fuese una bella dona. ¿ Alguien se puede creer que un empresario y dirigente de la patronal ignore que lo que hacían era incorrecto? ¿ Ellos en sus empresas privadas les habrían dado una tarjeta black a alguno de sus directivos para que se gastasen el dinero en lo que quisieran sin dar explicaciones a nadie y sin declarar esos gastos a Hacienda? Hasta ahora de los 86 usuarios de esas tarjetas solo han devuelto parte del dinero diez, y de los once millones quinientos mil euros gastados, el Banco solo ha recuperado unos trescientos mil euros. Yo me alegraré el día que los 86 devuelvan el dinero utilizado íntegramente, paguen una multa a Hacienda por delito fiscal, dimitan o sean cesados de sus cargos y si no piden perdón que al menos se callen y no mientan al decir que se sienten engañados por el que les dio esas tarjetas, que era tan golfo como ellos, y sobre todo que ante tanto quebranto económico que nos ahorren el duelo.