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¿fiscales prevaricadores?

Diego Armario | Miércoles 19 de noviembre de 2014

Siento decirlo pero el tema de Cataluña no tiene remedio, o al menos así me lo parece porque cuando quienes representan a las instituciones se pasan por el arco del triunfo la propia ley es que el deterioro de las estructuras del Estado es allí tan grave que no hay Dios que lo arregle.



Los fiscales de Cataluña se niegan a interponer una querella contra a Mas

Que Artur Más y sus mariachis cometan delito de sedición, de prevaricación, malversación de fondos públicos, desobediencia a una decisión del Tribunal Constitucional y algún otro que tal vez se me olvide, es algo que no es inimaginable que hagan los políticos, pero que los fiscales de Cataluña, que son los que deben perseguir esos delitos, se nieguen a cumplir con su obligación es algo que no cabe en cabeza alguna, salvo que esa cabeza vaya cubierta por una barretina.

El Estatuto del Ministerio Fiscal reconoce el principio de jerarquía y en su artículo uno se define como “un órgano de relevancia constitucional con personalidad jurídica propia, integrado con autonomía funcional en el Poder Judicial, y ejerce su misión por medio de órganos propios, conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción, en todo caso, a los de legalidad e imparcialidad”.

Los fiscales de Cataluña han decidido desobedecer al Fiscal General del Estado Eduardo Torres Dulce. Han preferido plegarse ante el gobierno de la Generalitat e incumplir sus compromisos institucionales además de negarse a perseguir varios delitos graves. Han dicho con claridad que ellos actúan contra otros delincuentes pero cuando el que conculca la ley es Artur Más se rebelan.

Esto es de tal gravedad que no existen precedentes en nuestra historia jurídica en tiempos de paz. Se han negado a “velar por el respeto de las instituciones constitucionales y de los derechos fundamentales y libertades públicas con cuantas actuaciones exija su defensa” y a “ejercitar las acciones penales y civiles dimanantes de delitos y faltas u oponerse a las ejercitadas por otros, cuando proceda.”
Tal vez se sientan satisfechos con su militancia nacionalista, pero no creo que tengan razones para sentirse dignos en el ejercicio de la función que les corresponden jurisdiccionalmente.

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