Diego Armario | Jueves 27 de noviembre de 2014
Ayer para tener criterio propio y poder opinar, me quedé viendo hasta el final la extensa entrevista que le hicieron en Tele Cinco y la conclusión que saco es que el pequeño Nicolàs se ha hecho mayor. Durante dos horas Fran Nicolás respondió a las preguntas...
... que le hicieron la presentadora del programa y tres periodistas, y lo hizo con aplomo, con seguridad , con precisión en los asuntos en los que consideraba que debía ser preciso y con prudencia en los que entendia que era necesario o incluso obligado por sus especiales relaciones con el Centro Nacional de Inteligencia. Rebatió y desmintió los sospechosamente urgentes comunicados de Moncloa y de la Casa Real en los que ayer mismo negaban haber tenido ningún tipo de relación con él, y dió nombres, fechas y lugares en los que se habían producido esos encuentros.
Pienso que este joven de 20 años tiene unas cualidades innatas y excepcionales para el trabajo que le encomendaron, especialmente en el CNI donde al parecer trabajaba como Charlie – denominación que imagino que utilizan en La Casa para algún tipo de agentes – También creo que no es un impostor como le quieren presentar aunque es muy probable que henchido por el éxito de su propio personaje hiciera algunas gestiones por libre y se metiera en asuntos que no le habían encomendado.
La conclusión que saco, a la espera de lo que diga el sumario declarado secreto por el juez que lleva el caso, es que alguien se precipitó a la hora de querer pararle los pies y no midió las consecuencias porque es muy difícil – salvo que se hubiese producido un “accidente” de esos que se dan por casualidad en el mundo de los Servicios de Inteligencia – que alguien que ha estado implicado en tantos asuntos que huelen a no muy correctos no hable si se siente acorralado.
No sé cuánto hay de verdad y de imaginación en la versión dada por Fran Nicolás, pero tengo para mí que hay algo de mentira en quienes se empeñan en desmentirlo. Creo que Santiago Segura quiere hacer una película sobre su vida, y espero que no sea al estilo de la saga numérica de los Torrentes,pero de lo que estoy persuadido es de que España ha perdido a un buen espía.