La victoria de Syriza en las elecciones griegas vuelve a colocar a la Europa del euro en una encrucijada, la misma en la que se viene debatiendo desde que estalló la crisis monetaria y llevó a la puesta en marcha de una serie de medidas de control del déficit y recorte de derechos...
...sociales que ha supuesto el empobrecimiento de millones de ciudadanos. En Valencia, en un mitin multitudinario, Pablo iglesias felicitaba por adelantado a su colega y amigo, Alexis Tsipras y a la formación que mas se parece Podemos en toda Europa. En Madrid, el Partido Popular cerraba su Convención con un apoyo absoluto hacia Mariano Rajoy y las políticas que lleva abriendo desde hace cuatro años. En Atenas, mientras tanto, sonaba la música de Mikis Theodorakis, y miles de personas imitaban el legendario baile de Anthony Quinn en su papel de Zorba, el griego. El sirtaki convertido en el símbolo de la alegría de un pueblo que apuesta por lo desconocido, harto de lo que ya conoce.
A uno y otro lo ocurrido en el país que inventó la democracia hace mas de dos mil años les afecta de cara a la catarata de elecciones que se van a suceder en España a partir del mes de marzo: andaluzas, municipales y autonómicas, catalanas y, por fin, generales, ya sean en noviembre o incluso a mediados de febrero de 2016, que hasta esa fecha podría alargar la Legislatura actual el presiente del gobierno. Y, por supuesto, afecta a un Partido Socialista que si mira a lo ocurrido con el PASOK griego debe sufrir de insomnio, y a una Izquierda Unida que tendrá que plantearse si cambia de forma radical o desaparece víctima de su propia y auto complaciente destrucción.
En Grecia ha ocurrido lo que vaticinaban todas las encuestas. Syriza dobla en escaños al partido que estaba en el poder y consiga la mayoría absoluta o le campen dos o tres escaños para tenerla, lo lógico es que pueda formar gobierno con ayuda de una parte de los partidos de izquierda, ya que parece casi imposible que pueda formarse otra alternativa. Y mas nos vale a todos los europeos que nuestros gobernantes, los de cada país y los que están en Bruselas tomen nota y eviten las rupturas. Lo que podría ocurrir en otras zonas y en el esquema de poder global son impredecibles.
En el centro del debate está la deuda y los ajustes sociales. Desde Angela Merkel a François Hollande saben que los griegos no pueden pagar lo que deben. Sencillamente les es imposible e igualmente les es imposible aplicar todos los recortes que se les ha exigido. La renegociación es la única salida posible. La única que merece la pena explotar y por eso se han sumado a la protesta los irlandeses y lo ha hecho y lo harán partidos como Podemos en España y Portugal.
Conviene saber que en el pasado no tan remoto a ala hoy poderosa Alemania se le perdonaron cifras muy superiores a las que se están discutiendo, y que desde los foros monetarios se están planteando que con recortes y ajustes sociales no se sale de la crisis, se permanece en ella por años y años, con lo que significa de ruptura de los equilibrios sociales que han permitido a Europa mantenerse como el Continente de la libertad y la democracia.