Allá por el año 1995, la crisis de corrupción llevó a la cárcel entre otros al gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, al presidente de la Bolsa de Madrid, Manuel de la Concha, al ex ministro del Interior, José Barrionuevo -implicado en el caso de los Fondos Reservados, además de los Gal- ...
... y varias decenas de personajes importantes de la vida política, inspirando incluso películas como “Todos a la cárcel”. De eso ya ni nos acordamos y creemos que la actual crisis de corrupción es un hecho nuevo, pero no es así. De hecho, los papeles de Panamá que se remontan hasta aquellos años está sirviendo para unir ambas corrupciones la de los años noventa y la de ahora.
Uno de los nexos de unión puede ser -si se confirman los nombres que están saliendo a la luz- el ex presidente del Gobierno español, Felipe González. Hasta el mismo se ha dado cuenta de la magnitud del problema tras declarar que si las sociedades de Jesús Barderas son noticia es “porque es mi amigo y va a seguir siéndolo”.
Lo mismo sobre las empresas off shore en Panamá de su actual mujer María del Mar García Vaquero, de las que dice que son negocios que tenía antes de convertirse en su esposa. De hecho Felipe González, Mar García Vaquero y el constructor Luis García Cereceda, que es el montó a González un despacho en La Finca, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde trabajaba el ex presidente junto a su hija María, formaron un trío muy bien avenido. Junto a Barderas y Cereceda, “El Confidencial” ha puesto el dedo en la llaga de González, colocando a otro amigo del ex presidente, Enrique Sarasola.
Durante los años que duró las investigaciones periodísticas de aquella primer crisis de corrupción que antecedió a la caída del fundador del PSOE moderno, fueron muchos los rumores que hablaban de los bienes de Felipe González en República Dominicana o en Panamá puestos a nombres de testaferros. Nunca se pudo probar. Cuenta ahora Javier Caraballo en “El Cnfidencial” que el dirigente socialista dominicano, Peña Gómez hizo unas reveladoras declaraciones en aquellos días: 'A mi amigo Felipe González no le descubrirán una playa en Santo Domingo'. “Ahí queda eso…, -dice Caraballo- Sonaba a aquello que dijo Felipe cuando el escándalo de los fondos reservados: ‘Ni hay pruebas ni las habrá’”. Ya veremos.